La Hermandad del Gran Poder de Sevilla ha abierto este lunes el debate en torno a la seguridad de las imágenes de culto tras la agresión que sufrió el domingo la talla de Jesús del Gran Poder a manos de un hombre que ya se encuentra detenido por la Policía Nacional tras arrancarle un brazo, si bien admitió que «con las obras de arte es fácil, pero con una imagen de culto es distinto porque tiene una finalidad de cercanía a sus devotos que no se puede perder».
En declaraciones a los periodistas, el hermano mayor del Gran Poder, Enrique Esquivias, aseguró que los hermanos están «bastante afectados» porque nunca se había producido un hecho similar y añadió que la sensación de «pena e impotencia» está latente en la Hermandad.
En este sentido, manifestó que «el verdadero problema» que surge tras estos hechos consiste en plantearse «tomar medidas de seguridad» para evitar situaciones similares «en un futuro, manifestando que en la Hermandad del Gran Poder tendrán que hacer «una reflexión tranquila» para decidir «qué se va a hacer».
No obstante, afirmó que de momento, y «provisionalmente, van a mantener cerrado el camarín e, incluso, incrementarán su seguridad hasta que se decidan otras medidas.
Algún tipo de trastorno
Sobre los hechos indicó, tras visionar las imágenes grabadas desde la cámara de seguridad de la Basílica, que la persona que perpetró los hechos «estaba en misa y justo a su fin subió al camarín aparentando que iba a darle un beso al Señor o a rezar, como suben tantas miles de personas» para el besapies, a lo que sumó que en su caso «lo que hizo fue saltar la barandilla, subirse a la peana y empezar a agredir» la imagen del Gran Poder.
«Le dio varias patadas y le arrancó un brazo, afirmó, al tiempo que señaló que fue en ese momento cuando «un hermano que subía con él lo redujo, junto con dos policías de paisano que estaban en misa». «Fueron unos momentos de mucha angustia, aseveró.
Según Esquivias, el detenido presentaba un aspecto que «no llamaba la atención, aunque como dijo, «todo apunta a que pudiera tener algún tipo de trastorno».
Respecto a los daños que ha sufrido la imagen más venerada de Sevilla, señaló que «no son de consideración, salvo los causados en «la articulación de su brazo derecho con el hombro». Así, comentó que desde el punto de vista técnico habría que restaurarle la articulación del brazo «que es lo que le ha partido, si bien aseguró que «la verdadera gravedad está en cómo se ha producido más que las consecuencias».
En cuanto a la imagen, que ya ha sido supervisada por el imaginero Luis Álvarez Duarte, «que la conoce perfectamente porque ha participado en su restauración, y ha emitido una valoración de los daños, confió en que esté de vuelta en su Basílica «en unos días».