El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, ha asegurado este martes que todos los presos políticos que hay en Cuba serán puestos en libertad, aunque no ha concretado si el número de disidentes que saldrá de prisión va más allá de los 52 comprometidos por el régimen castrista.
«Todos los que sean presos políticos serán excarcelados», ha garantizado Moratinos en declaraciones a los periodistas al término de su comparecencia en el Congreso ante la Comisión Mixta para la UE, en la que ha hecho balance de la presidencia española de turno con especial incidencia en el asunto de Cuba.
Ante los diputados y senadores, el ministro no ha sido tan contundente, aunque sí ha declarado que el objetivo es «cerrar de forma definitiva» la puesta en libertad de los presos políticos.
Para el ministro, «todo tiene su tiempo, su proceso, su trabajo», pero el objetivo es liberar a los 52 disidentes ya confirmados y finalmente, «a todos los presos políticos en Cuba».
Moratinos ha comentado que España va a cooperar en «estudiar seriamente, con plena transparencia», quienes tienen esa condición, puesto que para las autoridades de La Habana, algunos de ellos tienen delitos de sangre.
Ha explicado que los 52 presos que el régimen castrista liberará en un plazo de cuatro meses, pertenecientes al llamado «Grupo de los 75» que fueron detenidos en 2003, «son los que están bien identificados en todos los listados de las organizaciones internacionales de derechos humanos».
De acuerdo con la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN), que preside Elizardo Sánchez, en Cuba hay en la actualidad 167 presos políticos.
De esta cifra, 53 están considerados como prisioneros de conciencia por Amnistía Internacional, a los que se añaden otros diez que continúan cumpliendo sus condenas bajo licencia extrapenal, según CCDHRN.
El ministro ha analizado la situación en Cuba pocas horas después de que hayan llegado a Madrid los siete primeros presos, de más de una veintena, que España va a acoger durante las próximas semanas.
Según Moratinos, todos ellos, una vez que salgan de la isla, serán «libres» y tendrán la condición de inmigrantes, por lo que podrían volver «como cualquier otro cubano que está en el exterior», solicitando el permiso correspondiente «caso por caso».
«No son deportados. Han escogido ellos libremente, por su propia voluntad. Ésa era la condición que puso el Gobierno de España», ha explicado.
Ha precisado que se ha optado por este estatus porque la otra alternativa, que sería la de asilado, les impediría regresar al país caribeño.
El ministro de Exteriores ha hecho hincapié en que no se ha hecho ninguna «concesión» para poder liberar a los presos políticos.
No obstante, ha confesado que el régimen castrista no avanzará en las reformas políticas, económicas y sociales si no se deroga el actual marco de diálogo de la UE con Cuba -la llamada posición común de 1996- y se sustituye por una relación bilateral.
«Se conseguirían muchísimos más logros, avances y progresos sin posición común», ha subrayado.
Moratinos se ha mostrado convencido de que los Veintisiete aceptarán el cambio de la actual política hacia Cuba cuando examinen su revisión el próximo mes de septiembre.
«Lo voy a lograr», ha garantizado el ministro, quien ha pedido el apoyo de los grupos parlamentarios, comenzando por el PP.
Ha añadido que no tiene pretensión de arrogarse el éxito de las liberaciones, fruto del diálogo entre el régimen castrista y la Iglesia cubana, y que el papel de España es de «acompañamiento, de monaguillo».
A su juicio, no se trata de una «foto-oportunidad», sino de preocuparse por «el futuro de Cuba, de los cubanos y de los intereses de España» en la isla.