El líder de CiU, Artur Mas, ha sorprendido este jueves al presidente catalán y al tripartito al abandonar antes de tiempo la cumbre para pactar una resolución unitaria sobre el Estatut, un gesto que busca trasladarles la responsabilidad de una propuesta común y que el tripartito ha criticado por tacticista.
Tras fracasar este jueves un pacto entre el tripartito y CiU y una vez que Mas ha abandonado la reunión, el presidente de la Generalitat, José Montilla, se ha dirigido a los representantes de PSC, ERC e ICV-EUiA y les ha pedido «tranquilidad», y que «no rompan la baraja» puesto que cree que deben intentar «hasta el final» alcanzar un acuerdo a cuatro, según han explicado fuentes conocedoras de la reunión.
El presidente catalán ha convocado esta tarde una cumbre en el Palau de la Generalitat con los líderes de todos los partidos políticos, menos los del PPC y Ciutadans, formaciones estas últimas que están cómodas con la sentencia del TC.
A la reunión han acudido el presidente de CiU, Artur Mas, el viceprimer secretario del PSC, Miquel Iceta, el líder de ERC, Joan Puigcercós, y el secretario general de ICV, Joan Herrera.
Tras una hora y cuarto de encuentro, el líder de CiU, Artur Mas, ha abandonado antes de tiempo la reunión sin defender ninguna propuesta concreta y justificando que apoyará lo que el tripartito acuerde.
Con este gesto, que ha molestado a PSC, ERC e ICV-EUiA, Mas ha dejado la responsabilidad de gestar un acuerdo al tripartito, y ha exhibido que apoyará sin condiciones el texto que proponga el tripartito.
tripartito y CiU, que ya admitieron la semana pasada que estuvieron al borde del «ridículo» al negociar el formato de la manifestación del pasado sábado, pondrán a prueba mañana de nuevo su unidad en el pleno extraordinario de mañana del Parlament, que arrancará enturbiado por el desencuentro de este jueves.
Tras la cumbre parece realmente difícil que tripartito y CiU sean capaces de registrar en paralelo en el Congreso una propuesta de resolución conjunta antes de mediodía, cuando concluye el plazo para presentar iniciativas posteriores al debate del estado de la nación. Todas las formaciones tienen preparadas sus propias iniciativas.
El presidente catalán ha acompañado a Mas fuera de la «Sala dels Tarongers» y ha abandonado la reunión durante unos minutos.
Posteriormente, Mas no ha querido hacer declaraciones públicas y ha transmitido a los informadores, en una situación poco habitual, que su posición era la «misma» que antes de entrar a la cumbre, en la que ha sido el único que no ha presentado propuestas: que el tripartito acuerde una resolución unitaria de rechazo a la sentencia del TC que él la apoyará sin condiciones.
Mas, en consonancia con el discurso de los últimos días, ha expresado sus preferencias porque la resolución unitaria incluya el lema de la multitudinaria manifestación del sábado en contra de la sentencia del Estatut («Somos una nación. Nosotros decidimos»), pero no lo pondrá como condición para hacer suyo el acuerdo.
PSC, ERC e ICV han criticado posteriormente el «tacticismo» de CiU, pero han reafirmado con matices su voluntad de seguir trabajando en un pacto que sólo contemplan «a cuatro».
El líder de ERC, Joan Puigcercós, se ha mostrado indignado ante los periodistas con el hecho de que el líder de CiU haya abandonado el encuentro y se haya negado a consensuar un texto que sirva de base para la resolución unitaria.
Según Puigcercós, «por ERC no quedará» y no será su partido el que se niegue a aceptar un texto unitario, aunque sea de mínimos.
Por su parte, el secretario general de ICV, Joan Herrera, también ha dicho estar molesto con la actitud «tramposa» de CiU, y ha señalado que sólo contempla una resolución unitaria «a cuatro».
El último en explicar su posición ha sido el portavoz del PSC, Miquel Iceta, que ha tildado de «muy decepcionante» la cumbre por la actitud de Mas, del que ha dicho que «ni con un millón de personas en una manifestación quiere contribuir a la unidad».
El PSC no descarta aún poder presentar un texto unitario mañana en el registro del Congreso, que pueda votarse en el pleno del estado de la nación, aunque la situación lo hace casi imposible.