Las familias de las once personas fallecidas en el incendio ocurrido en la Riba de Saelices (Guadalajara) hace ahora cinco años lamentó la lentitud del proceso judicial y pidió que se haga justicia.
Iniciado el 16 de julio de 2005, el incendio de la Riba de Saelices abrasó unas 13.000 hectáreas de bosque y se llevó por delante la vida de once personas, todas integrantes del retén de Cogolludo y que participaron el 17 de julio en las labores de extinción.
Ahora, cinco años después, el portavoz de los familiares de las víctimas, José María Manteca, afirmó en declaraciones a los periodistas que siguen reivindicando «verdad y justicia», aunque cree que la verdad, después de todo este tiempo, quedó esclarecida.
Manteca destacó que este tipo de aniversarios son «fechas muy duras» porque afloran los sentimientos, pero las familias de las víctimas siguen con el mismo ánimo.
De hecho, este sábado se concentraron como todos los días 17 de mes frente a las puertas de la Delegación de Agricultura y Medio Ambiente en Guadalajara, desde donde acudieron a pie, portando una pancarta con el lema «Nos faltan 11», hasta la glorieta del Retén de Cogolludo, lugar escogido por el Ayuntamiento de Guadalajara para rendir homenaje a las víctimas.
El portavoz de las familias volvió este sábado a culpar a la Junta del suceso, ya que, a su juicio, era el Gobierno regional el que tenía la tutela del retén y el que debía haber proporcionado al mismo cobertura y seguridad y el cumplimiento escrupuloso de los protocolos.
Asimismo, criticó el proceso judicial, sobre todo el papel de la Fiscalía, cuya actuación calificó de «bochornosa» puesto que «hace cinco años se ofreció a entrar de oficio y hoy, no solamente no se ha dedicado a pedir ninguna prueba sino que se ha limitado a actuar de abogado defensor de la Junta».
Homenaje a las víctimas
Durante el acto organizado por el Ayuntamiento, al que acudieron diversas autoridades, el portavoz de las familias criticó la presencia de varios representantes de la Junta de Comunidades -entre los que se encontraba la delegada provincial, Magdalena Valerio-.
El homenaje del Ayuntamiento consistió en la inauguración de una escultura de Julio Marian Sánchez en la Glorieta del Retén de Cogolludo.
Una vez allí, el alcalde de Guadalajara, Antonio Román, dijo que lo ocurrido hace cinco años fue una tragedia medioambiental, que no sólo arrasó la provincia, sino que además se llevó la vida de once trabajadores que se dejaron la vida defendiendo Castilla-La Mancha.
«Hoy es un día para el recuerdo, para la memoria y para el deseo de que tragedias como la que tuvo lugar hace cinco años no vuelvan a ocurrir en ningún otro lugar de Castilla-La Mancha o de España», comentó Román.
Algo con lo que coincidió la presidenta del PP de Castilla-La Mancha y secretaria general nacional, María Dolores de Cospedal, quien destacó que la fecha del 17 de julio de 2005 perdurará para siempre en la memoria de todos los guadalajareños y de todos los españoles.
De Cospedal dijo que las víctimas murieron dando su vida para defender lo que es de todos, el patrimonio cultural y medioambiental, por lo que es necesario defender su memoria y que el retén de Cogolludo esté presente en el recuerdo de todos.
«Es un día triste para los familiares, pero también es un día en el que se reconfortan los espíritus al recordar que todos los hombres y mujeres de Guadalajara somos deudores de aquellas once personas que dieron su vida por lo que es de todos», aseveró la presidenta de los populares castellano-manchegos.