El Gobierno estadounidense elogió las sanciones adicionales tomadas por Canadá y la Unión Europea (UE) contra el régimen iraní para frenar las ambiciones nucleares de Teherán.
«Estados Unidos da la bienvenida a los pasos firmes adoptados por nuestros socios europeos y canadienses para aplicar la resolución 1929 del Consejo de Seguridad de la ONU», aprobada en junio pasado, indicó la secretaria de Estado, Hillary Clinton.
«Estas medidas, combinadas con las nuevas sanciones y las existentes de EE.UU., ponen de relieve las profundas preocupaciones de la comunidad internacional sobre el programa nuclear de Irán», agregó Clinton en un comunicado conjunto con el secretario del Tesoro, Timothy Geithner.
Según destacaron en el texto, las nuevas medidas contienen «importantes restricciones a la capacidad de Irán para utilizar las infraestructuras de transporte y los productos de energía para desarrollar su programa nuclear y de misiles».
Además, consideraron que las «fuertes restricciones» y prohibiciones sobre la capacidad de Irán para acceder a los mercados canadienses y europeos y a los sistemas bancarios contribuirá a «proteger el sistema financiero internacional contra el abuso por parte de Irán».
El Gobierno canadiense anunció que impondrá nuevas sanciones contra el régimen iraní para «restringir el programa nuclear de Irán y prevenir la proliferación de armas de destrucción masiva».
Por su parte, los ministros europeos de Asuntos Exteriores aprobaron un paquete de sanciones más restrictivas contra Irán para motivar la vuelta de Teherán a las negociaciones sobre su programa de enriquecimiento de uranio.
El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó en junio la resolución 1929 que impone una cuarta ronda de sanciones a Irán, como parte de un esfuerzo internacional para presionar a ese país para que abandone su presuntas ambiciones nucleares.
La resolución establece nuevas restricciones a las operaciones de los bancos iraníes e incrementa el escrutinio de las transacciones en el exterior de todas las entidades financieras del país.
Asimismo, refuerza el régimen de inspecciones a buques y aviones iraníes, endurece el embargo de armas a Irán y sanciona a 40 entidades del país, varias vinculadas a la naviera estatal iraní y a la Guardia Revolucionaria.
El primer ministro canadiense, Stephen Harper, dijo a través de un comunicado que las sanciones adicionales aprobadas por su país «de ninguna forma quieren castigar al pueblo iraní. Estas medidas están diseñadas para dificultar que Irán desarrolle programas nucleares, químicos, biológicos y de misiles».
Las nuevas sanciones impuestas por Canadá incluyen la prohibición de realizar transacciones con determinados individuos y entidades, así como de exportar armas y materiales relacionadas que no estaban prohibidos con anterioridad y proporcionar información técnica relacionada con esos bienes.
Canadá también ha prohibido realizar «nuevas inversiones en el sector petrolero y de gas iraní o proporcionar o adquirir servicios financieros para este propósito», así como el establecimiento de instituciones financieras iraníes en Canadá o la compra de deuda pública del país asiático.
En una declaración pública, los ministros de la UE señalaron su decisión de negar la concesión de visados y congelar los activos de ciertos bancos iraníes, así como de los Guardianes de la Revolución y de la Compañía de Transporte de la República Islámica de Irán (IRISL).
El alcance completo de las sanciones y el nombre de las empresas y personas afectadas no se conocerá hasta hoy cuando las decisiones de ayer aparezcan publicadas en el diario oficial de la UE.
No obstante, fuentes diplomáticas adelantaron, como ejemplos, que todas las nuevas inversiones, exportación de equipamiento o transferencia de tecnología para la industria iraní del refinamiento de petróleo o producción de gas licuado quedarán prohibidas.