Los cooperantes catalanes Albert Vilalta y Roque Pascual cumplen este jueves ocho meses de secuestro en manos del grupo Al Qaeda para el Magreb Islámico (AQMI) con la incertidumbre sobre su situación, aunque el Gobierno ha garantizado que se encuentran bien.
Las dudas sobre el estado de Vilalta y Pascual se han acrecentado después de que AQMI anunciara el pasado domingo la ejecución del rehén francés Michel Germaneau, secuestrado en abril en Níger.
Germaneau fue ejecutado días después de que Francia llevara a cabo una operación militar en Mali en la que murieron seis militantes de red magrebí de Al Qaeda.
Según el Gobierno, quienes mantienen retenidos a Vilalta y Pascual no pertenecen al grupo que tenía secuestrado al ciudadano francés.
Los dos cooperantes de Barcelona Acció Solidaria fueron apresados el 29 de noviembre del pasado año en Mauritania cuando iban en un vehículo del convoy de esta ONG.
Junto a ellos, fue capturada su compañera Alicia Gámez, a la que los secuestradores dejaron en libertad el pasado 10 de marzo.
Se sospecha que Vilalta y Pascual están en algún lugar del desierto de Mali.
El Gobierno y los servicios de inteligencia siguen haciendo gestiones «intensamente con discreción y prudencia» en colaboración con los países de la zona, como Mauritania, Mali y Burkina Faso, según han informado a Efe fuentes del Ejecutivo.
La convicción es que los dos cooperantes están bien de salud, después de haber tenido acceso a varias pruebas de vida en las últimas semanas, según el Gobierno.
Vilalta resultó herido de bala en una pierna durante su captura, aunque fue tratado durante el cautiverio.
Los familiares también continúan manteniendo un actitud de mesura, lo que el Gobierno valora con el fin de no perjudicar las actuaciones que está llevando a cabo para lograr la liberación.
Otro factor que ha alimentado la incertidumbre sobre los secuestrados ha sido la reciente condena a doce años de prisión de uno de los acusados de haber participado en el secuestro de los cooperantes españoles, el maliense Omar Uld Sid’Ahmed Uld Hame, más conocido como Omar Saharaui, por parte de un tribunal mauritano.
Las exigencias de AQMI para liberar a Vilalta y Pascual no han trascendido, al contrario que en los casos de rehenes franceses, en los que sí se planteó de forma expresa la excarcelación de presos islamistas como condición para concluir el cautiverio.
Los países del Sahel -Argelia, Libia, Mauritania, Mali, Níger, Burkina Faso y Chad- son contrarios al pago de rescates o a liberar a terroristas a cambio de rehenes al considerar que estas medidas no contribuyen a frenar la actividad de AQMI en la región.