La cucaracha americana, la chinche de cama o el mosquito tigre son algunas de las plagas que han reaparecido o llegado por primera vez a España de la mano de la globalización y el cambio climático.
En declaraciones a Efeverde, Milagros Fernández de Lezeta, directora general de la Asociación Nacional de Empresas de Control de Plagas (Anecpla), ha destacado la importancia del cambio climático y la globalización en la diseminación de nuevas plagas.
Así, ha explicado, que las temperaturas más cálidas durante el invierno, aunque este último no ha sido el mejor ejemplo, contribuyen a la proliferación y asentamiento de determinadas especies, especialmente de los insectos.
Al cambio climático se suma la globalización y el correspondiente aumento del tránsito de pasajeros y mercancías de todo el mundo. Nos han devuelto especies prácticamente desaparecidas en España como la chinche de cama (Cimex Lectulariux).
En este momento, ha asegurado, es «un problema a nivel mundial» para el sector que trabaja en el control de plagas.
Este insecto minúsculo de color marrón y plano que no trasmite ninguna enfermedad, pero cuyas picaduras provocan incomodidad o insomnio, desapareció prácticamente de Europa tras la II Guerra Mundial, pero parece ser que han vuelto para intentar quedarse.
Han llegado en las maletas de los viajeros o por al compra-venta de muebles antiguos (camas o mesitas) procedentes de países donde las condiciones higiénico-sanitarios dejan bastante que desear.
Completamente implantada desde hace años en la península, la cucaracha americana (Periplaneta Americana) es, según Fernández de Lezeta, un claro ejemplo de adaptación por el cambio climático.
Este insecto, procedente de los trópicos, que mide entre 26 y 38 milímetros, puede planear y es más resistente y grande que la de color negro a la que estamos acostumbrados en España.
Como todas sus congéneres se alimenta de material orgánico de cualquier tipo, incluidos tejidos, piel o papel aunque prefieren los materiales húmedos y blandos, especialmente los alimentos.
Desde el punto de vista sanitario, la plaga de estos insectos junto con el de las ratas, son los que mayor problema pueden representar.
Según la directora de Anecpla, las cucarachas contaminan los alimentos que tocan, pueden llevar salmonella, y ahora se ha descubierto que hay personas que desarrollan alergias debido a su presencia.
Procedente de Asia, el mosquito tigre (Aedes Albopictus), que tantos problemas ha originado en Cataluña, es otro ejemplo de como el transporte de mercancías favorece la llegada de plagas y el cambio climático su asentamiento.
A diferencia de su primo, el mosquito común (Culex Pipiens), pica siempre de día y sus picaduras provocan fuertes dolores e inflamaciones así como reacciones alérgicas.
Según algunos expertos este mosquito es capaz también de trasmitir agentes biológicos patógenos.
No mide más de 5 milímetros, y es negro con rayas blancas. En Italia hay una verdadera invasión.
Pero en España, ha apuntado Fernández de Lezeta, parece ser que sigue confinada en Cataluña, a donde llegó en el año 2004, concretamente a la zona de San Cugat del Vallés, en camiones de transporte de neumáticos.
Según la misma fuente, los especialistas en el combate de plagas se encuentran ahora con menos herramientas ante la política de al Unión Europea de prohibir ciertos productos químicos, debido a su peligrosidad.
Este es el caso del tristemente famoso DDT (Dicloro Difenil Tricloroetano), que en el pasado se empleó como insecticida, para eliminar, entre otros, la chinche de cama.