La superficie quemada por el fuego hasta el final del verano es tres veces menor a igual periodo de 2009 y de la media de la última década, según los últimos datos del Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino.
A fecha 29 de agosto, el fuego ha quemado 32.600 hectáreas (326 kilómetros), una cifra netamente inferior a las cerca de 104.000 hectáreas de la pasada década y las casi 106.000 hectáreas de 2009.
Por tipo de superficie, 23.402 hectáreas correspondieron en 2010 a matorral y monte abierto, 7.320 hectáreas a superficie arbolada y 1.900 a pastos y dehesas. Las estadísticas también son más positivas en relación al número de grandes incendios contabilizados (más de 500 hectáreas), de modo que en lo que va de año se han registrado siete, frente a los 26 de media del decenio y los 32 de hace un año en los primeros ocho meses.
Sumando el total de incendios, tanto los conatos (menos de una hectárea) como los mayores de una hectárea, el cómputo hasta el 29 de agosto asciende a 8.578 siniestros, mientras que en 2009 se elevaron a algo más de 12.000 y la media de los últimos diez años a casi 14.000.
Entre los siniestros más graves de este verano figuran el declarado el 22 de agosto en Laza (Orense), donde se quemaron 1.715 hectáreas; el del 24 de agosto en La Cabrera (León), 980 hectáreas; el del 8 de agosto en Barjas (León), 992 hectáreas; el 30 de julio en el Parque Natural de los Arribes del Duero, 1.057 hectáreas, y el 26 de agosto en el Condado de Treviño (Burgos), unas 700 hectáreas.
Del conjunto de incendios que han afectado en 2010 a superficie forestal, el 77,4% tuvieron lugar en el noroeste del país (Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco y las provincias de León y Zamora), el 5,2% en las comunidades costeras mediterráneas, incluidas sus provincias interiores, y el 16,7% en las comunidades interiores, que comprenden al resto de las autonomías no costeras, salvo León y Zamora.
Este fin de semana, la ministra de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, Elena Espinosa, expresó su deseo de poder seguir colaborando con las comunidades autónomas -competentes en la materia- para «que algún día podamos decir que no hay ningún incendio en España».