Dos disidentes cubanos del último grupo cuya excarcelación ha sido anunciada por la Iglesia católica de la isla viajan entre este miércoles y el jueves en vuelos regulares de La Habana a Madrid, confirmaron a Efe sus familiares.
El opositor preso Leonel Grave de Peralta Almenares estaba a punto de salir de la cárcel «Combinado del Este» de La Habana para el aeropuerto, cuando habló por teléfono con su tía Gisela Grave de Peralta para despedirse.
«(Leonel) va muy contento, va muy animado, es joven y le deseamos buena suerte y que se encamine pronto, dijo a Efe su tía Gisela, que reside en la ciudad oriental de Santiago de Cuba, a unos 950 kilómetros al este de La Habana.
Gisela explicó que su sobrino excarcelado tiene 34 años, y con él se van a España sus padres y, además, una prima con el esposo y dos hijos. Leonel Grave de Peralta pertenece al ilegal Movimiento Cristiano Liberación y cumplía una condena de 20 años de cárcel como integrante del grupo de los 75 disidentes encarcelados en la oleada represiva de la llamada «Primavera Negra» de 2003.
El jueves está prevista también la excarcelación y traslado directo a España de Alexis Rodríguez Fernández, igualmente del Movimiento Cristiano Liberación, según dijo a Efe su tía Dorys Igarza.
Grave de Peralta y Rodríguez integran junto a Próspero Gaínza, Alfredo Domínguez, Víctor Arroyo y Claro Sánchez, otro grupo de los presos políticos liberados desde el 12 de julio pasado en el marco del proceso gradual de excarcelaciones fruto del diálogo abierto entre el Gobierno del general Raúl Castro y la alta jerarquía de la Iglesia católica de Cuba, con el apoyo de España.
Hasta este miércoles (y contando a Grave de Peralta) son 31 los opositores excarcelados como parte de la liberación gradual de los 52 disidentes que quedaban encarcelados de los que fueron condenados en 2003 acusados de delitos contra la independencia e integridad del Estado, conspiración con Estados Unidos e intentos de socavar los principios revolucionarios.
Sólo han sido excarcelados los presos que aceptan irse inmediatamente a España junto a sus familiares, pero hay un grupo de unos seis o siete presos que hasta este momento se niegan a ser trasladados a España, algunos por preferir viajar a Estados Unidos y otros quedarse en la isla.