El estudio, publicado en Lancet Neurology, es una continuación de otro trabajo realizado en el 2006 por los mismos investigadores, coordinados por el doctor Alex Iranzo, que demostró que los trastornos de conducta del sueño en la fase REM, cuando es más profundo, son un síntoma de alerta de futuras enfermedades neurodegenerativas, entre ellas el alzheimer.
Este trabajo se basaba en el seguimiento desde 1991 de 44 pacientes diagnosticados con un trastorno de sueño en fase REM, en el que se vio que veinte de ellos acabaron desarrollando Parkinson, demencia con cuerpos de Lewy, atrofia multisistémica o un deterioro cognitivo leve de carácter, cinco años después de diagnosticarse el transtorno de sueño.
Todos ellos eran mayores de 60 años con trastorno de conducta del sueño REM que manifestaban en forma de pesadillas, durante las cuales gritaban, lloraban o se movían.
En el nuevo estudio, realizado en colaboración con el Departamento de Neurología de la Innsbruck Medical University (Austria) se ha seguido a 43 nuevos pacientes durante 2 años y medio, después de someterlos a pruebas de neuroimagen capaces de diagnosticar disfunciones en la dopamina estriatal, típica de la patología en la sustancia negra del cerebro, y que puede degenerar hacia el parkinson.
Fuentes del centro señalaron que con una sonografía transcraneal se pueden identificar alteraciones estructurales en la sustancia negra, como el aumento de hierro, antes de que el parkinson llegue a expresarse clínicamente.
El trabajo describe como un 19% de los pacientes habían desarrollado una enfermedad neurodegenerativa durante los dos años y medio posteriores a las pruebas de neuroimagen.
De éstos, cinco desarrollaron parkinson, dos demencia con cuerpos de Lewy y uno de ellos una atrofia multisistémica.
Todos los pacientes estudiados pertenecían al grupo de 27 pacientes (62,8%) que había dado resultados anormales en las pruebas de neuroimagen, mientras que los pacientes con una neuroimagen normal no padecían ninguna enfermedad neurológica tras el seguimiento de 2,5 años.
Los investigadores concluyen que las pruebas de neuroimagen permiten identificar y conocer mejor el progreso de las enfermedades, encontrar fármacos que puedan modificar su curso e iniciar un tratamiento precoz llegado el momento del diagnóstico clínico.
Han recordado que uno de los retos de la medicina actual es diagnosticar las enfermedades antes de que éstas se manifiesten clínicamente con síntomas como el temblor o la demencia.
Las enfermedades neurodegenerativas se inician en períodos latentes, durante los cuales las células degeneran pero aún no llegan a manifestar síntomas clínicos, pero mientras el proceso degenerativo va avanzando se producen cambios neuropatológicos en el sistema nervioso.