El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha afirmado en el Congreso que hasta el momento han sido detenidas cuatro personas relacionadas con el asesinato de dos guardias civiles y su traductor en la base española de Qala i Naw, en Afganistán.
Así lo ha puesto de manifiesto el jefe del Ejecutivo al iniciar su comparecencia monográfica sobre Afganistán que se celebra en el Pleno del Congreso, en la que también ha recordado a todos los fallecidos en las misiones en el exterior.
Sobre las detenciones, Zapatero ha afirmado que no se parará hasta que los responsables caigan en manos de la justicia y paguen por los «terribles» asesinatos ocurridos el pasado 25 de agosto.
Un chófer de la Policía afgana asesinó a dos guardias civiles, el capitán José María Galera Córdoba y el alférez Abraham Leoncio Bravo Picallo, para los que trabajaba, y su traductor, español de origen iraní.
Ante el Pleno de la Cámara Baja, el presidente del Gobierno ha rendido homenaje a los 93 civiles y militares fallecidos desde que en 2002 comenzó la misión en Afganistán y ha tenido un especial recuerdo para los guardias civiles asesinados.
El jefe del Ejecutivo ha proseguido su discurso reafirmando el compromiso de España con los esfuerzos de la comunidad internacional en pro de la estabilización de Afganistán y ha asegurado que «estamos en Afganistán por la seguridad internacional y por la seguridad de España».
Debemos permanecer en Afganistán, ha dicho, «asumiendo las actuales responsabilidades, mientras sea necesario, mientras estén en peligro la seguridad del país y de la región, la seguridad global y la seguridad de los españoles, y siempre dentro del marco de legitimidad y de consenso de la Comunidad internacional».
Las tropas españolas garantizan la seguridad
Hay que trabajar con eficacia para que esta misión concluya cuanto antes, ha sostenido. España está haciendo un esfuerzo humano y fiananciero muy importante y dijo estar convencido de que, a pesar de las dificultades, estos sacrificios contribuirán a hacer el mundo más seguro.
Los riesgos, explicó, derivan de una insurgencia conectada a rivalidades locales y tribales, al tráfico de drogas y al crimen organizado. Zapatero reconoció el gran esfuerzo humano y financiero de la misión, pero se mostró convencido de que esos «sacrificios» contribuyen a hacer un mundo más seguro y a proteger a los españoles de amenazas que ya le han golpeado en el pasado, en referencia a los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid (11-M).
En ese sentido, cifró en más de 1.900 millones de euros el coste de la participación militar en la misión de la OTAN desde hace casi nueve años, a los que se suman los 220 millones de euros (unos 286 millones de dólares) destinados a cooperación civil en el periodo 2006-2012.
Será en la próxima cumbre que celebrará la OTAN en Lisboa en noviembre cuando se aclarará cómo y cuándo se hará la transición de la seguridad del país a las fuerzas armadas afganas, que el presidente del país asiático, Hamid Karzai, ha situado en el horizonte de 2014.
En este contexto de consenso internacional, Zapatero ratificó su determinación «firme e inequívoca» a seguir trabajando para que «la misión concluya cuanto antes» y reiteró que las tropas españolas seguirán trabajando «siempre dentro del marco de legitimidad y de consenso de la comunidad internacional».
Zapatero comenzó su intervención con la noticia de la detención de cuatro personas relacionadas con el asesinato de tres españoles, dos guardias civiles y su intérprete, el pasado 25 de agosto en la base española de Qala e Naw.
En la sesión parlamentaria, el líder del opositor Partido Popular (PP), Mariano Rajoy, censuró al Gobierno español y a su presidente por haber hecho de la española una de las democracias europeas «peor informadas» sobre el tipo de misión que cumplen las tropas en Afganistán. Varios grupos de la oposición reclamaron a Zapatero un calendario para la retirada de las tropas.