Los establecimientos de hostelería han reclamado este jueves zonas para fumadores de un máximo del 30% de la superficie del local, cerradas y compartimentadas, en las que no sea obligatorio ningún tipo de servicio por parte de los trabajadores y donde esté prohibida la entrada a los menores.
El presidente de la Federación Española de Hostelería (FEHR), José María Rubio, ha comparecido este jueves en la Comisión de Sanidad del Congreso para defender los intereses del sector ante la inminente prohibición total de fumar en los espacios públicos cerrados.
Rubio ha argumentado que estos habitáculos deben contar con sistemas de extracción que permitan una «perfecta aireación» y, en ellos, el usuario tendrá la posibilidad de «llevarse su cerveza» o lo que esté consumiendo, encargándose también de no dejarlo dentro.
Los hosteleros proponen la creación de una línea de crédito ICO o un Plan Renove, cuya financiación se destine específicamente a las inversiones para implementar la «zona para fumar» y un periodo de carencia de 18 meses para adaptarse, desde que se apruebe la Ley.
Todos los bares podrán sumarse a esta demanda, según Rubio, porque hasta un local de cincuenta metros puede crear una habitáculo de unos tres, que sea transparente y donde «uno pueda dejar a sus amigos, por un momento, para fumarse un cigarrillo».
Aunque el sector está «sin lugar a dudas a favor de la lucha contra el tabaquismo, entiende que la prohibición total supondría «un desastre económico, el cierre de miles de establecimientos y la pérdida de un gran número de puestos de trabajo».
Desde FEHR, se han expuesto una serie de medidas, en la línea de 24 de los 27 países de la Unión Europea donde no se ha aplicado la prohibición total, con las que se pretende defender los intereses de los hosteleros sin descuidar los de los tres colectivos más afectados por el tabaco: trabajadores, menores y no fumadores.
Para Rubio, la nueva Ley derivaría en una reducción de clientes que provocaría una caída de ventas en los restaurantes en torno a un 7% y en los bares y cafeterías entre un 10% y 15%, superando esta cifra en el caso de los locales de ocio nocturno.
Estas pérdidas se sumarían a las ocasionadas por «la profunda recesión que padece el sector y que hace de este momento el más difícil de los últimos 30 años».
El presidente de la Asociación Española de Casinos de Juego (AECI), Ángel María Escolano, ha pedido que este sector quede «exento» de la nueva normativa, porque el juego siempre ha estado unido al consumo de tabaco. Actualmente, según ha dicho, las casinos ya cuentan con zonas para no fumadores y los crupieres rotan de un área a otra por razones de seguridad, con lo que «no pasan más de dos horas de su jornada laboral expuestos al humo».
Escolano, que prevé pérdidas de hasta el 20 por ciento si sigue adelante el proyecto de Ley, ha advertido de que lo logrado con la regulación del sector puede irse al traste, dado que si se impide fumar es posible que se retorne al «juego clandestino». El rechazo a estas propuestas ha sido radical por parte de UGT y CCOO, el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo, la Organización Médica Colegial y la Asociación de Economía de la Salud, otros de los comparecientes en la Comisión de Sanidad.
Han esgrimido que no existe ningún espacio habilitado para fumar que sea «eficaz» para evitar la difusión de las sustancias dañinas del humo del tabaco en el resto del local. Coinciden en que permitir que se habiliten zonas para fumadores en los bares sería discriminatorio para los propios hosteleros, porque los pequeños, que son la mayoría, no podrían abrir estos espacios, quedando en desventaja con respecto a los de mayor tamaño.
Una moratoria de 18 meses no puede ser asumida por motivos de salud, ya que, como han recordado estos colectivos, cada año mueren 3.000 personas a causa de un humo que respiran involuntariamente.