Más peso político para comunicar mejor y guiños a la izquierda y a los sindicatos son las claves del nuevo Gobierno que este miércoles ha dado a conocer el jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, que ha querido tener más cerca al que será su mano derecha, Alfredo Pérez Rubalcaba.
Estas son las principales claves de ese cambio, que ha sorprendido a casi todos, porque sólo se esperaba la salida del Gobierno del ministro de Trabajo, Celestino Corbacho.
– El hombre fuerte: Alfredo Pérez Rubalcaba, hasta ahora ministro del Interior, se convierte en el hombre fuerte del Gobierno al sumar a su cartera la vicepresidencia primera y la portavocía del Ejecutivo.
– Más fortaleza política, más comunicación: son los dos grandes objetivos de Zapatero en esta remodelación del Gobierno, con el que quiere afrontar la recuperación económica definitiva y la creación de empleo.
– Un pequeño giro a la izquierda: Zapatero quiere también conseguir esos objetivos con el pequeño giro a la izquierda que supone la incorporación al Ejecutivo de la ex alcaldesa de Córdoba y ex dirigente de IU Rosa Aguilar y con el nuevo ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, un afiliado de UGT crítico con la reforma laboral.
– Un guiño a los sindicatos: precisamente la incorporación de Gómez al Gabinete puede ser también un guiño a los sindicatos. De hecho, UGT ha achacado la remodelación al «éxito» de la huelga general.
– Un Gobierno más reducido: Zapatero ha hecho por fin caso a las recomendaciones del Congreso, ha suprimido dos ministerios -Igualdad y Vivienda- y ha configurado el Gabinete más reducido desde su llegada a La Moncloa al dejar en quince el número de departamentos.
– Gestionar lo mismo con menor graduación: pese a esa supresión, Zapatero ha querido que las titulares de esos ministerios -Bibiana Aído y Beatriz Corredor- sigan gestionando las políticas de Igualdad y de Vivienda. Eso sí, con menor graduación, ya que pasarán de ministras a secretarias de Estado.
– Otra rectificación: apenas año y medio después de que la Vicepresidencia Primera asumiera la Función Pública, Zapatero la ha devuelto al Ministerio de Política Territorial, antes Ministerio de Administraciones Públicas.
– La ministra incombustible: el jefe del Ejecutivo sigue confiando y dejando en manos de Elena Salgado la política económica, con lo que convierte así a la vicepresidenta segunda en la única superviviente de todos los gobiernos de Zapatero, donde ha sido responsable de Sanidad y Administraciones Públicas.
– El adiós de tres fieles: han sido casi seis años y medio de fidelidad al líder, pero este miércoles María Teresa Fernández de la Vega, Miguel Ángel Moratinos y Elena Espinosa se despiden del Ejecutivo, con gran sorpresa en alguno de los casos.
– El premio: y para sustituir a Moratinos en Asuntos Exteriores, Zapatero ha elegido a Trinidad Jiménez, a la que ha reforzado asignándole la cartera de un departamento que ya le es familiar -fue secretaria de Estado para Iberoamérica- y premiándola después de su derrota en las primarias socialistas de Madrid.
– De Ferraz al Paseo del Prado: ese es el camino que recorrerá Leire Pajín, a quien Zapatero ha querido recompensar por su trabajo al frente de la Secretaría de Organización del PSOE ofreciéndole el Ministerio de Sanidad, Igualdad y Política Social.
– Más Andalucía, menos Cataluña: los dos mayores graneros del voto socialista han corrido desigual suerte. Con esta remodelación, Andalucía gana peso, con cuatro ministros nacidos en esta comunidad, pero Cataluña lo pierde. Zapatero no ha compensado la salida de Celestino Corbacho y el PSC sólo se queda con un representante: la ministra de Defensa, Carme Chacón.
– Menos paridad: el nuevo Gobierno será menos paritario y en el Consejo de Ministros se sentarán a partir del viernes siete mujeres y nueve hombres, incluido Zapatero. Hasta este miércoles, la paridad era absoluta: nueve hombres y nueve mujeres.
– La jugada del PSOE: el partido de Zapatero desembarca en La Moncloa con el Gobierno más político por la llegada de Pajín, la posición reforzada de Rubalcaba y la entrada de otro hombre de partido, Ramón Jaúregui, que compartirán la mesa del Consejo de Ministros con el «número dos» de los socialistas, José Blanco.
– De un segundo plano a la cúpula: doce años de estabilidad del Gobierno aragonés han servido a Zapatero para proponer a Marcelino Iglesias como nuevo secretario de Organización del PSOE. De este modo, el dirigente autonómico, que iba a pasar a un segundo plano porque no se presentaba a la reelección, se convertirá en uno de los pesos pesados del partido.