El papa Benedicto XVI ha congregado este domingo a unas 250.000 personas durante su visita a Barcelona, una cifra que se sitúa bastante por debajo de las 400.000 que habían previsto el Ayuntamiento y el Arzobispado de la capital catalana.
Tanto el portavoz de Vaticano, Federico Lombardi, como el consistorio barcelonés han coincidido en la cifra de 250.000 personas, que se desglosa en 6.500 en el interior de la Sagrada Familia, 36.000 en las calles adyacentes, 15.000 en la plaza de toros Monumental y el resto en los recorridos en papamóvil.
Varios centenares de personas también han salido a la calle durante la visita papal, aunque no para mostrar su fervor al obispo de Roma sino todo lo contrario, para expresar su repulsa.
Estas manifestaciones de repulsa, convocadas por diversas plataformas y coordinadoras alternativas, se han desarrollado sin incidentes destacables y las Fuerzas de Seguridad sólo han tenido que intervenir para evitar algunos encontronazos airados entre partidarios y detractores de Benedicto XVI.
El Papa salió a primeras horas de la mañana del palacio episcopal, donde pernoctó, y se dirigió en el papamóvil hacia la Sagrada Familia entre vítores y saludos del público que se había concentrado en las inmediaciones de la Plaza de la Catedral.
Besos reivindicativos
Un centenar de activistas gays y lesbianas se besaron coincidiendo con el paso del papamóvil para defender la libertad sexual y el uso de los preservativos y corearon eslóganes contrarrestados por jóvenes católicos con gritos de apoyo al Papa.
La concentraciones más numerosas durante el recorrido del papamóvil hasta la Sagrada Familia se registraron al principio y al final del mismo, en Vía Laietana y en las proximidades del templo.
Los alrededores de la Sagrada Familia se convirtieron en el escenario de una gran fiesta religiosa, en la que 36.000 personas siguieron con respeto y fervor la misa en las pantallas habilitadas y aplaudieron a rabiar cada movimiento del Papa.
«Este Papa como mola, y por eso le hacemos la ola», gritaban repetidamente los seguidores más jóvenes, que no pudieron permanecer sentados en las sillas que les habían asignado y se levantaron en multitud de ocasiones para expresar su alegría.
A pesar de que la mañana se levantó fría y nublada y de que las estrictas medidas de seguridad obligaron a los fieles a madrugar para ocupar los lugares que les habían sido asignados, los congregados disfrutaron de cada minuto, de manera respetuosa durante la misa y de forma más festiva durante la entrada y la salida del pontífice del templo.
La mayoría de los asistentes siguieron el acontecimiento por las 45 pantallas gigantes habilitadas tanto en las calles adyacentes como en la plaza de toros Monumental.
Mientras el Santo Padre consagraba la Sagrada Familia, varios centenares de personas participaban a escasos kilómetros de allí, en la confluencia del Paseo de Gracia con la Gran Vía, en una manifestación alternativa convocada por la coordinadora «Deixem-nos d’hòsties. Yo no te espero», que reúne a diversas plataformas, grupos juveniles y sindicatos alternativos.
Mujeres contra el Papa
Muchas de las personas que habían participado previamente en otra concentración en la plaza Universidad, convocadas por la Plataforma de Mujeres contra el Papa, se sumaron luego a esta manifestación alternativa, de carácter más festivo que reivindicativo.
Benedicto XVI tuvo su baño de multitudes en el último acto de su estancia en Barcelona, la visita a la Obra Benéfico Social Niño Dios, donde besó y acarició a algunos de los alumnos discapacitados que lo estaban esperando, mientras respondía con gestos afectuosos a las monjas que le hacían el besamanos.
Ya en el aeropuerto, en la ceremonia oficial de despedida presidida por los Reyes, más de un millar de fieles, muchos de ellos con banderas del Vaticano y otros tantas con senyeras, aclamaron y vitorearon atronadoramente al jefe de la Iglesia.
La visita del Papa a Barcelona ha transcurrido sin incidencias de seguridad o de atención sanitaria destacables, y los servicios médicos sólo han tenido que realizar asistencias de carácter leve, según ha informado la Generalitat a través de un comunicado.
En cuanto a la seguridad, cerca de 4.000 mossos d’esquadra han participado en el dispositivo durante el itinerario entre el Arzobispado y la Sagrada Familia y el perímetro del templo y, según han informado las mismas fuentes, «no ha habido ningún incidente relevante».