PP e IU censuraron este martes a la ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, por no dedicar ni una palabra a la situación del Sáhara Occidental en su primera intervención en el Congreso desde que asumió el cargo el pasado 21 de octubre. Jiménez subió este martes a la tribuna del Congreso para explicar las líneas generales del presupuesto de su departamento para el año 2011.
La ministra de Exteriores tiene previsto comparecer el próximo jueves de forma monográfica en el Congreso para informar de la situación en El Aaiún después de la decisión de Marruecos de desalojar por la fuerza el campamento de protesta saharaui, acción que ha provocado varias muertes.
El diputado de IU Gaspar Llamazares ha sido el primero en criticar a Jiménez por obviar esta crisis en la primera ocasión en la que interviene en la tribuna de la Cámara Baja desde que relevó a Miguel Ángel Moratinos como titular de Exteriores, hace casi un mes. «Es la demostración de que no sólo estamos en crisis económica, sino que tenemos una crisis de la política profundísima. ¿Cómo es posible que no esté entre las prioridades del Gobierno?», se ha preguntado Llamazares.
A su juicio, «el Sáhara se ha convertido en el agujero negro de la política del Gobierno» y en una «moneda de cambio» con Marruecos para justificar su política de vecindad. Llamazares ha considerado compatible esta buena amistad con «decir la verdad» a Marruecos y «reprobar y condenar» su comportamiento en El Aaiún.
El diputado de IU ha lamentado que el departamento que dirige Trinidad Jiménez se haya convertido en «el ministerio de intereses exteriores» y se haya abandonado «la diplomacia de los valores y del respeto a los derechos humanos».
Críticas del PP
El portavoz del PP, Francisco Ricomá, también ha echado en cara a la titular de Exteriores su silencio en torno al Sáhara y su actitud «bochornosa» al no protestar al reino alauí por su acción en el campamento saharaui.
«Vienen practicando la diplomacia de la avestruz. La diplomacia es dinamismo y convicción. El mutismo es debilidad y la debilidad es lo que caracteriza la política exterior del Gobierno», ha afirmado Ricomá.