La Generalitat y la Fundación Ernest Lluch reivindicaron este sábado la España plural y el valor del diálogo que defendía el humanista y político socialista catalán Ernest Lluch en el acto central del programa organizado para conmemorar los diez años de su asesinato a manos de ETA.
«Ernest Lluch supo integrarse sin que disminuyera su catalanidad», afirmó el presidente en funciones de la Generalitat de Cataluña, José Montilla, quien participó en el acto junto a la viuda, Montserrat Lamarca, al sobrino y vicepresidente de la Fundación Ernest Lluch, Enric Lluch, y el escritor Pere Gimferrer.
Montilla recordó que el político, intelectual y comunicador Ernest Lluch, asesinado por ETA el 21 de noviembre del 2000 en el aparcamiento de su domicilio en Barcelona, se ha convertido en «un referente para el pueblo catalán y parte del español».
En esta línea, subrayó que la huella dejada por Lluch en el plano «político, social y personal» de los catalanes, radica en que fomentó «el fundamental diálogo entre pueblos e ideas».
El presidente en funciones también ha valorado la vigencia de la figura del que fuera diputado y ministro de Sanidad socialista entre 1982 y 1986 por «su vida apasionada» y su capacidad de «superar obstáculos».
Enorme respeto
Además, Montilla puso de manifiesto el enorme respeto que la clase política le tiene al pensador, como demuestra la firma «por unanimidad» en el Congreso de los Diputados de una declaración institucional de reconocimiento a su persona.
El sobrino y vicepresidente de la fundación, Enric Lluch, también apeló a la catalanidad integradora del humanista: «Construir puentes, acercar la gente y la cultura de ‘las españas’, es la mejor forma de honrar a Ernest Lluch», ha sentenciado en su discurso.
El vicepresidente de la fundación, creada hace ocho años, ha querido remarcar que, tras una década de su muerte, no sólo se debe reivindicar «su figura y su obra», sino «dar continuidad a sus proyectos» que fomente un diálogo «basado en el espacio común».
Lluch ensalzó la «pasión», el «compromiso político», la «curiosidad» y el «deseo de diálogo» de Ernest Lluch, y ha recordado que la fundación nació por tres motivos: ayudar a las instituciones que quieran recordar a Lluch, ordenar su «prolífica» obra y continuar con su «ingente» trabajo.
Al acto no pudo asistir el presidente de la Fundación, Fabián Estapé, por motivos de salud.
Extraordinaria vitalidad
El escritor Pere Gimferrer, a su vez, destapó la faceta más íntima del político socialista recordando su «extraordinaria vitalidad» o el «buen sentido del humor y del deber» y rompiendo con la solemnidad del acto, el narrador comentó que no ha conocido nunca a nadie «que comiera tan rápido como Ernest».
La conmemoración al décimo aniversario del atentado finalizó con la interpretación por parte del músico y amigo del intelectual, Claudi Arimany, de dos piezas de Joan Baptista Pla, acompañado de Eduard Sánchez a la flauta y Pedro Larrañaga en el clavicémbalo.
El de este sábado ha sido el acto central de una serie de eventos programados en este otoño para reivindicar la figura y la obra de Lluch.
La Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Barcelona ofrecerá el próximo martes 14 una charla sobre economía en la que intervendrán Josep Ramoneda, Carles Sudrià y Joan Tugores.