domingo, noviembre 24, 2024
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Un problema de salud pública

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El Cáncer de mama debería considerarse un problema de salud pública ya que es la neoplasia diagnosticada con mayor frecuencia en la mujer (21.000 casos nuevos en 2010), y la segunda causa de muerte por cáncer. La incidencia se ha incrementado en las últimas décadas de forma que actualmente podemos decir que una de cada 8 mujeres sufrirá la enfermedad a lo largo de su vida. Puede presentarse a cualquier edad, y aunque es más frecuente en torno a la menopausia y en las mujeres mayores, no son pocos los casos que aparecen por debajo de los 40 años.

La enfermedad en sus primeras fases es completamente asintomática y solo se puede detectar mediante mamografías periódicas. Por ello es importante que a todas las mujeres a partir de los 40-45 años se les realice esta exploración anual.

La mayoría de las veces es posible realizar una detección precoz mediante la mamografía, que permite detectar tumores más pequeños y por ello con mayores posibilidades de curación. En otras ocasiones la enfermedad la detecta el médico durante la revisión rutinaria o la propia mujer, que nota un bulto indoloro en la mama. En raras ocasiones puede presentarse como alteraciones o retracciones de la piel, secreción por el pezón o un bulto en la axila.

Con todos los avances de los últimos años, más del 80% de las mujeres afectadas vivirán sin enfermedad el resto de su vida, por lo que la palabra “cáncer” en este caso es menos negativa. Lo que es necesario es afrontar el Cáncer de Mama de forma “integral” desde el principio, en un equipo multidisciplinario y de forma coordinada.

Ante la sospecha de tumor se debe proceder a realizar una biopsia que nos confirme la naturaleza de la lesión, así como unas pruebas complementarias que nos den información del tipo de tumor y su posible extensión. En caso de malignidad se debe llevar a cabo la extirpación del tumor, y en función de determinadas características será necesario quitar parte o la totalidad de la glándula, así como realizar un estudio de la cadena ganglionar axilar mediante la técnica del ganglio centinela siempre que sea posible y así evitar un posible linfedema.

En caso que la cirugía parcial vaya a dejar una deformidad, o si se realiza una Mastectomía total, es conveniente realizar una RMI, o Reconstrucción Mamaria Inmediata, mediante implantes o tejidos propios, porque debe ser parte del propio tratamiento quirúrgico del cáncer de mama.

La Reconstrucción ayuda a la paciente a afrontar el resto de tratamientos complementarios (Quimioterapia y/o Radioterapia, Hormonoterapia…) y a estar mejor desde el punto de vista psicológico durante el duro tiempo de tratamiento. Y en el caso que no se haya podido realizar de forma inmediata siempre es aconsejable realizarla un tiempo después (reconstrucción diferida).

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