Miles de personas han salido este sábado a las calles de ochenta ciudades españolas para exigir a «todas y cada una» de las fuerzas políticas que incluyan en sus programas electorales el compromiso de «defender la vida y cortar el paso a la cultura de la muerte».
Así lo proclama el manifiesto suscrito por más de trescientas asociaciones del ámbito civil, con motivo del Día Internacional de la Vida, cuyo acto central se ha desarrollado en Madrid con la asistencia, según fuentes de los organizadores, de 160.000 personas.
Bajo el lema «Sí a la vida», los manifestantes han exigido la abolición de toda legislación permisiva del aborto y el rechazo a iniciativas que faciliten la eutanasia, la manipulación de embriones y cualquier «condescendencia» con el terrorismo y el maltrato.
La movilización madrileña se ha desarrollado entre la Plaza de Cibeles y la Puerta del Sol, acompañada de una pancarta gigante elevada por 150 globos de colores, en la que se podía leer «todos tenemos derecho a la vida». Otras, de menor tamaño, exhibían frases como: «Ni aborto del PSOE, ni aborto del PP» y «Ley de Aído no, tampoco la anterior».
En el recorrido, liderado por grupos como la Federación Española de Asociaciones Provida, la Fundación Redmadre, Derecho a Vivir y la Fundación Madrina, han participado algunos dirigentes del PP como el portavoz del Grupo Popular en el Parlamento Europeo, Jaime Mayor Oreja, junto con diputados y senadores de este partido.
En un ambiente festivo, y con la ayuda de 400 voluntarios que, entre otras cosas, portaban huchas para sufragar los 90.000 euros que ha costado el acto, los ciudadanos han coreado proclamas como «Vida sí, aborto no», «Sí a la vida, alegre y divertida» o «Se nota, se siente, la vida está presente».
Presencia del cubano Óscar Elías
En la Puerta del Sol, el presentador Miguel Ángel Tobías ha guiado el testimonio de varias personas que han apostado por la vida, como Oscar Elías Biscet, encarcelado en Cuba por defender los derechos humanos; una madre que siguió adelante con su embarazo pese a dificultades económicas y familiares; un joven con síndrome de Down y una doctora especializada en tratar a niños con cáncer.
Sobre el escenario, se han sucedido relatos de personas con distintos tipos de discapacidades que han agradecido públicamente a sus madres el haberles «dejado vivir».
En el manifiesto de los convocantes se pide a los poderes públicos que ayuden a la mujer embarazada y que establezcan políticas activas de apoyo al nacimiento de nuevas vidas.
«Exigimos a las Administraciones Públicas dar especial protección a los discapacitados, ancianos y enfermos terminales, proporcionando medios para mejorar su calidad de vida, especialmente en sus últimos días y desarrollando cuidados paliativos», reza el texto.
A las movilizaciones españolas se han sumado las de algunas ciudades de Latinoamérica y del resto de Europa, porque los grupos defensores de la vida desde la concepción a la muerte pretenden que esta cita se consolide cada 25 de marzo -Día internacional de la Vida- y que se celebre cada año de forma unitaria en todo el mundo.
La doctora Gádor Joya, portavoz de Derecho a Vivir, ha señalado ante los presentes que «España no quiere vivir con leyes que atentan contra el derecho a la vida».
«Tenemos el poder de nuestro voto, tenemos la razón científica, jurídica y moral de nuestro lado», ha aseverado, con la intención de que los partidos políticos tengan en cuenta en sus programas electorales el respaldo potencial de las miles de personas que se han manifestado en este país, si en ellos defienden la vida humana.
La portavoz de la Fundación Madrina, Yolanda Melul, ha pedido un «gran pacto social» a favor de la maternidad para proteger a las «miles de mujeres» que sufren graves dificultades debido a que su maternidad «se convierte en un motivo de exclusión laboral y social».
La presidenta de la Federación Española de Asociaciones Provida, Alicia Latorre, ha advertido de que «la cultura de la muerte» no tendrá la «última palabra» y ha invitado a sus «cómplices», como los empresarios del «negocio del aborto», a dejar atrás «ese oscuro camino».
Redacción