- “Nuestra sociedad cuenta con la suficiente madurez democrática como para saber qué está votando en cada convocatoria electoral”
- “Lamentablemente (los escándalos de corrupción) lo que hacen unos pocos afecta a toda la política, pero es injusto pensar que todos los políticos somos así”
Rafael Gómez Montoya (Madrid, 1/1/1967) es uno de los alcaldes socialistas que se presenta a la reelección en los próximos comicios municipales. Rige los destinos de Leganés, una de las ciudades del denominado “cinturón rojo” de Madrid desde hace cuatro años, y que salvo por unos meses -IU no respetó el pacto con el PSOE de apoyar a la lista de izquierdas más votada-, siempre ha contado con un alcalde socialista.
Por tamaño y por importancia económica, este municipio está en el ranking del TOP 100 de las principales ciudades de España. Convencido de que ahora toca elegir alcaldes y presidentes de autonomías, piensa que el conjunto de las políticas aplicadas por los ayuntamientos está por encima del debate político a nivel estatal.
E.D. -¿No cree que la mala imagen del Gobierno se vaya a traducir en un voto de castigo a los alcaldes y que paguen ustedes los platos rotos del descontento ciudadano?
R.G.M. – Esa afirmación es muy relativa: el hecho de que haya un importante grupo político, social y mediático empeñado en transmitir una mala imagen del Gobierno no quiere decir que esto sea así, y mucho menos si hablamos de la esfera internacional. Hay que gobernar cuando las cosas van bien y cuando las cosas no van tan bien, que ha sido el caso sobre todo en los últimos tres años, y cuando la economía internacional no va tan bien como todos desearíamos, la crítica se facilita mucho más. Creo que en Leganés los vecinos y vecinas son conscientes de la gestión que hemos realizado en esta legislatura y que en general, nuestra sociedad cuenta con la suficiente madurez democrática como para saber qué está votando en cada convocatoria electoral: la ciudadanía sabe que ahora es el momento de pensar en Leganés, en su presente y en su futuro.
E.D. – Se ha pasado en 30 años del centralismo al Estado de las Autonomías. ¿No han quedado los municipios fuera del modelo del nuevo Estado? El PSOE es un partido con tradición municipalista, no piensa que ha llegado el momento de hacer otro pacto local que reparta de otra manera los ingresos y las inversiones.
R.G.M. – Me consta que el trabajo de mi compañero Pedro Castro desde la presidencia de la Federación Española de Municipios y Provincias se ha posicionado en la dirección que usted me comenta, y que necesitamos efectivamente, un nuevo modelo de financiación local. Pero lo que nunca debería ocurrir, hablando de competencias y presupuestos, es que un Gobierno regional decida apartar de las inversiones a los ayuntamientos que no sean de su color político; esta situación que acabo de describir la sufrimos en Madrid y sobre todo los municipios del Sur de la región. En Leganés hemos tenido que asumir innumerables competencias desatendidas por la Comunidad de Madrid, la única competente en materia de empleo, educación o sanidad, con un coste estimado en más de 40 millones de euros anuales: Este Ayuntamiento lleva gastado en competencias que no le corresponden más de 200 millones de euros.
E.D. – Y metidos en asuntos económicos, ¿hasta qué punto la recuperación económica pasa por las políticas locales?
R.G.M -Recientemente hemos firmado un Pacto Local por el Empleo y el Desarrollo Económico con los sindicatos y los empresarios de Leganés, un Pacto que los propios sindicatos definieron como ejemplarizante para el resto de ciudades y administraciones. Desde luego, aunque las competencias de empleo las tengan las autonomías, desde los ayuntamientos podemos tomar muchas iniciativas, y concretamente desde el de Leganés estamos arrimando el hombro allí donde hace falta. Desde un primer momento nos pusimos manos a la obra y a ejercer como auténticos comerciales de la ciudad, para atraer al término municipal a empresas, emprendedores, comercio… con el objetivo de aumentar aún más el amplio tejido industrial y comercial de la ciudad. Aunque no es un consuelo, seguimos con una tasa de desempleo inferior a la media regional y nacional y este dato desde luego no es casual, pero no vamos a parar hasta que alcancemos las tasas de desempleo estructural que existía antes de la crisis económica internacional. Para que saliésemos antes de este periodo de vacas flacas necesitamos la implicación directa de la administración responsable, que como en tantos otros asuntos, está desaparecida, precisamente cuando más hace falta arrimar el hombro.
E.D. – Se dice que la política local es la más próxima al ciudadano, ¿también es la que menos carga ideológica tiene?
R.G.M. – Por una parte es cierto, desde el Ayuntamiento se le pone cara y nombre a las estadísticas y a los problemas. Trabajamos directamente con la realidad que hay en la calle. En cuanto a la carga ideológica su pregunta refleja la teoría, pero en Leganés tenemos la peor oposición de toda la Comunidad de Madrid, una oposición a la que no le importa pasar por encima de lo que haga falta con tal de intentar obtener algún tipo de rédito electoral, una oposición ultraconservadora que al parecer no es consciente de que no todo vale en política y que parece tener como objetivo las abstención a base de espectáculos lamentables y declaraciones fuera de tono, lugar y formas.
E.D. – Si le parece seguimos con asuntos cotidianos, ¿no tiene la impresión de que el llamado mundo occidental no ha optado por unos estándares de progreso a costa de la destrucción del planeta?
R.G.M. – Sí, y precisamente este momento de crisis internacional está sirviendo –por encontrarle el lado positivo- para que nos replanteemos los modelos de desarrollo y los modelos energéticos. Está claro que el cambio climático es una realidad, por mucho que haya algunos y algunas que insistan en negarlo, y también es evidente que una economía no se puede sustentar apoyándose sólo o fundamentalmente en un solo sector. No hace muchos días tuve la ocasión de visitar los centros de formación para el empleo y pude hablar con muchos ex trabajadores de la construcción que ahora aprenden a instalar paneles solares, a trabajar en viveros… En definitiva, personas que están reorientando su futuro laboral y optando por profesiones que sin lugar a dudas van a contar con un gran impulso, porque cuidar el Planeta también genera empleos.
E.D. – ¿Y qué puede hacerse desde los municipios?
R.G.M.- Uno de los ejes transversales de nuestra gestión es la sostenibilidad, y aplicamos criterios de actuación sostenibles en todas las áreas. En Leganés hemos alcanzado los 45 metros cuadrados de zona verde por habitante, hemos puesto en marcha un sistema de préstamo gratuito de bicicletas pionero en la región y que ya cuenta con más de 10.000 usuarios, apostamos por el reciclaje, por el ahorro energético y en definitiva, por todas las iniciativas que nos permitan dejar a las generaciones venideras una ciudad y un mundo más limpio.
E.D. – La corrupción es una de las asignaturas pendientes en la política española. ¿Cómo se puede fortalecer la transparencia?
R.G.M. – Lamentablemente lo que hacen unos pocos afecta a toda la política, pero es injusto pensar que todos los políticos somos así. El Partido Popular, en concreto, está judicializando la política y protegiendo a los que se ha demostrado que han metido la mano en la caja, en una estrategia, por llamarlo de alguna manera, que no es compartible y tal vez conscientes de que el votante de izquierdas es por lo general alguien más crítico con todo lo que le rodea. Desde luego el Ayuntamiento de Leganés es transparente y nítido, por mucho que haya personas empeñadas en difundir lo contrario, pero insisto, la ciudadanía es lo suficientemente madura en democracia como para discernir quién ha actuado mal, quién se dedica sólo a intentar ensuciar la imagen de su adversario político y quién es honesto y trabaja por el interés de todos y todas.