El fotógrafo gijonés Manu Brabo cumple este jueves un mes en manos de la policía del líder libio, Muamar el Gadafi, que le mantiene en una prisión militar en Trípoli por haber entrado en el país sin visado para cubrir el conflicto armado contra los rebeldes. Brabo, junto con otros cuatro periodistas, fue detenido por tropas leales a Gadafi cuando viajaban en un automóvil en los alrededores de la ciudad de Brega, al este del país.
La ministra de Exteriores, Trinidad Jiménez, aseguró este miércoles, en el Congreso que su departamento sigue haciendo «gestiones discretas de forma intensa» para lograr su liberación y trasladó un mensaje de confianza a su familia. Brabo pudo hablar por teléfono con sus padres el pasado 23 de abril para informarles de que se encontraba bien.
Exteriores envió al Trípoli a un diplomático pocos días después de la detención para reforzar los contactos con las autoridades libias, que anunciaron en un principio que el fotógrafo sería puesto en libertad en pocos días. El departamento que dirige Trinidad Jiménez también está haciendo gestiones ante la oficina diplomática de Libia en Madrid, que sigue operativa a pesar de mantenerse leal a Gadafi.
El Gobierno español alega que si Brabo entró de forma ilegal en el país, la solución pasaría por su expulsión a España. Alrededor de quince periodistas están detenidos o desaparecidos en Libia desde que comenzó el conflicto a finales del pasado mes de febrero.
Manuel Varela de Seijas Bravo, conocido profesionalmente como Manu Brabo y nacido en 1981, llegó a Libia como colaborador de la European Pressphoto Agency (EPA).