Los parlamentarios catalanes han coincidido este miércoles en expresar que sienten una profunda «indignación» ante la deriva del movimiento del 15M, después de que por el uso de la violencia se haya tratado de impedir su acceso a la cámara autonómica. Algunos de ellos han sufrido la violencia en su propia carne: a la secretaria de la mesa y exconsejera socialista Montserrat Tura le han pintado una ‘X’ en su gabardina, mientras que han tirado ‘spray’ rojo al ex ‘número 2’ de Interior y diputado de ICV-EUiA, Joan Boada.
Al diputado de CiU Gerard Figueras (JNC) le han robado uno de los dos maletines con los que iba al Parlamento y le han tratado de robar el otro. Muchos diputados han sido insultados, han recibido ‘escupitajos’ y les han tirado agua cuando han tratado de acceder a pie en el Parlamento catalán, en el acceso que se había habilitado, en la confluencia entre el paseo Pujades, avenida Meridiana y la calle Wellington, entre ellos Albert Rivera (C’s), el propio Figueras y Alfons López Tena (SI), entre muchos otros.
A algunos diputados les han tirado cosas, como les ha ocurrido a los socialistas Jordi Terrades y Celestino Corbacho, mientras que el ex consejero de Educación Ernest Maragall ha recibido empujones. Para tratar de pasar desapercibidos entre los ‘indignados’ y poder entrar más fácilmente en el Parlamento catalán, algunos se han sacado la corbata, pero para la mayoría de diputados ha sido una misión imposible.
De hecho, a las 10 horas, cuando ha empezado el pleno, sólo estaban dentro de la cámara una sesentena de diputados, la mitad, y el resto aún no había llegado, incluidos los consejeros, que lo han ido haciendo en cuentagotas por aire (mediante helicópteros, que se han hecho hasta ocho viajes) y por furgones de los Mossos.
Los diputados cuando han llegado al Parlamento catalán han criticado todo lo ocurrido: así lo han hecho las distintas fuerzas a lo largo de la mañana, y también algunos de los consejeros. «Hoy es el día más triste de mi vida parlamentaria», ha asegurado la popular Alicia Sánchez Camacho, mientras que Albert Rivera (C’s) ha lamentado que deba entrar en el Parlamento catalán de escondidas y que en Barcelona entre 100 y 200 antisistema campen por sus anchas pese a ser reincidentes y que siempre sean los mismos quienes protagonizan actos violentos, ya sea en las movilizaciones del 15M o en las celebraciones de las victorias del FC Barceloa en Canaletes.
En declaraciones a los periodistas justo tras bajar del helicóptero que la ha llevado al Parlamento catalán, la consejera de Educación, Irene Rigau, ha manifestado que está «muy triste y enfadada», mientras que la portavoz parlamentaria de ERC, Anna Simó, ha reivindicado su derecho a poder ejercer sus derechos y deberes como diputada.
En un comunicado, el PSC ha condenado «rotundamente el intento de paralizar las instituciones del autogobierno del país» y ha considerado que los hechos de este miércoles son inéditos, recordando que la lucha por la democracia se saldó incluso con vidas humanas durante el franquismo.
La cámara ha podido trabajar
Por su parte, la presidenta del Parlamento catalán, la democristiana Núria de Gispert (CiU), ha resaltado que pese a todas las dificultades que han tenido los diputados durante la mañana de este miércoles, la cámara ha podido trabajar con normalidad.
De hecho, según informa el Parlamento catalán, el pleno ha empezado a las 10.11 minutos, once minutos más tarde de lo previsto, y De Gispert ha recordado que «desde la recuperación de la democracia y el autogobierno, el Parlamento autonómico ha sido la expresión de la voluntad popular expresada por las urnas».
Ha indicado que en 31 años el Parlamento catalán ha celebrado sus sesiones plenarias con normalidad, algo que ha emplazado a los diputados a seguir haciendo este miércoles, y ha añadido que le satisface «mucho el trabajo» que todos los parlamentarios han venido a hacer.