Un niño de tres años ha muerto este miércoles tras ahogarse en las piscinas de Can Dragó de Barcelona, al sentirse indispuesto mientras participaba en unas actividades de un «casal» de verano organizado por una entidad social del barrio barcelonés del Raval.
Según han informado fuentes sanitarias, de emergencias y municipales, el menor se ha ahogado hacia las dos de la tarde en la piscina de Can Dragó, en el distrito de Nou Barris, y ha sido trasladado al hospital de Vall d’Hebrón, donde ha ingresado en estado crítico, y ha fallecido poco después.
El niño, que estaba acompañado por los monitores del «casal», ha sido atendido por un socorrista de la piscina y por un enfermero de la instalación, hasta la llegada de los especialistas del Sistema de Emergencias Médicas (SEM), que han estado más de una hora practicándole maniobras de reanimación hasta que, finalmente, le han trasladado en estado crítico al hospital, donde ha fallecido.
Los Mossos d’Esquadra han abierto una investigación para aclarar las circunstancias del accidente, mientras que el Ayuntamiento de Barcelona ha activado el protocolo de atención psicológica que ofrece el servicio de Emergencias Sociales para atender a los otros niños del «casal» y a sus monitores.
El complejo de piscinas de Can Dragó, el más grande de Barcelona, es de titularidad municipal, y lo gestiona la Unió Barcelonina d’Activitats Esportives (UBAE).
Otro niño falleció en las mismas instalaciones
En 1998, otro niño de cuatro años murió también ahogado en las piscinas de Can Dragó cuando participaba en una excursión organizada por una guardería, cuya directora fue condenada a un año y medio de prisión por su imprudencia en la muerte del alumno.
La familia de niño fallecido, que acudió a las piscinas en un grupo de trece niños de 4 a 10 años de edad, recibió extra-procesalmente una indemnización de 150.000 euros (25 millones de pesetas en la época) y retiró la acusación contra la Unió Barcelonina de Activitats Esportives (UBAE) y contra uno de los socorristas del complejo deportivo.
Dos años después, un joven disminuido físico de 20 años sufrió heridas muy graves al sufrir una parada cardiorrespiratoria mientras se bañaba en las mismas piscinas.
Estrella Digital/EP