El presidente de la Unión de Controladores Aéreos (USCA), Camilo Cela, ha afirmado ante la juez desconocer el motivo de las numerosas bajas registradas el pasado 3 de diciembre en los centros de control de Barajas y Torrejón de Ardoz, alegando que no se encontraba cumpliendo su turno porque estaba de horas sindicales, según informaron fuentes jurídicas a Europa Press.
La juez María del Sagrario Herrero interrogó personalmente a Cela durante cerca de una hora con el objetivo de indagar «si fue la cabeza pensante» del abandono masivo de los puestos de trabajo por parte de los controladores, que provocó el cierre del espacio aéreo el pasado Puente de la Constitución, según explicaron las mismas fuentes.
El líder sindical del colectivo estuvo declarando durante dos horas y media ante el Juzgado de Instrucción número 3 bis de Madrid, que tramita la causa penal abierta contra los controladores, y se negó a contestar a las preguntas de las seis acusaciones particulares. Según las mismas fuentes, la juez tendrá que llamar a declarar al resto de líderes de USCA para contrastar lo declarado por Cela, quien el pasado martes se negó a contestar a las preguntas en calidad de presidente del sindicato al haber sido citado como controlador.
A su llegada al juzgado, el presidente de USCA declaró a los medios de comunicó que su presencia demostraba que «la Justicia nos da una oportunidad de destapar la cortina de humo que creó AENA el pasado mes de diciembre». En ese sentido, Cela volvió a acusar al organismo, dependiente del Ministerio de Fomento, de «intentar tapar la gestión ineficaz y deficitaria de los aeropuertos españoles, que estaba obligando a privatizar parte de la gestión». «Los controladores están tranquilos porque todo esto se terminará de destapar», añadió Cela, quien alertó de que aún faltan controladores en las torres de control españolas.
Actuación espontánea
Durante su declaración, Cela explicó que los controladores aéreos actuaron del forma espontánea después del cierre del espacio aéreo. En este sentido, confirmó que la mañana del 3 de diciembre asistió a la asamblea convocada por USCA en todos los centros de trabajo para valorar las medidas que el Consejo de Ministros iba a aprobar ese día sobre la regulación de la jornada laboral de los controladores.
También admitió su presencia en la rueda de prensa celebrada a las 17.00 horas en la que los líderes de USCA rechazaron el decreto aprobado por el Gobierno y amenazaron con posibles movilizaciones. A esa misma hora, AENA informó sobre el cierre de los aeropuertos de Barajas, Palma de Mallorca y Galicia por «problemas con los controladores».
A partir de ahí, el presidente de USCA declaró que todo lo que hicieron los controladores aéreos sucedió de forma espontánea y negó haber estado presente en el Hotel Auditórium de Madrid, en cuya sala de convenciones se reunieron cerca de una centena de controladores hasta que salieron escoltados por la Policía entorno a la 1.30 horas de la madrugada.
Sobre las 21.30 horas del 3 de diciembre entró en vigor el Real Decreto que permitió militarizar el control de tráfico aéreo. El Gobierno aprobó el estado de alarma y la movilización de los controladores aéreos a mediodía del día 4 de diciembre.
Por su parte, los demás controladores aéreos este jueves se acogieron al artículo 34.4 de la Ley de Seguridad Aérea que les permitía ausentarse de sus puestos de trabajo si advertían alguna «disminución de su capacidad física». Este artículo se modificó posteriormente para incluir la obligación de contar con un certificado médico para darse de baja. Las declaraciones continuarán el próximo mes de septiembre.