La conductora del autobús de la línea nocturna N-12 que este miércoles atropelló mortalmente a un joven de 19 años en Barcelona está de baja por la agresión que sufrió justo después del accidente y por ansiedad.
Según han informado a Europa Press fuentes de la empresa Mohn, concesionaria de esta línea que llega hasta Sant Feliu de Llobregat (Barcelona), la mujer recibió una patada en el pecho justo después del atropello, en la avenida Diagonal, que le propinó un amigo de la víctima dentro del bus.
La mujer no está ingresada en el hospital, aunque tiene un fuerte golpe, según la citada fuente, que ha explicado que fue agredida en medio de la confusión generada por el accidente.
Por el momento, la empresa no tomará ninguna medida hasta que concluya la investigación que está realizando la Guardia Urbana, tutelada por el Juzgado de Instrucción número 8 de Barcelona, aunque sí está colaborando en las pesquisas.
El autobús donde ocurrió todo tiene una cámara de seguridad que filmó lo ocurrido, imágenes que ya están siendo analizadas por la policía.
La empresa no cuenta con vigilancia privada aunque desde marzo tiene cámaras en todos sus buses nocturnos y un sistema de comunicación directa con la central de transportes, que el día del suceso utilizó la conductora en todo momento.
Según Mohn, el servicio de bus nocturno, al igual que otros transportes en este horario, tiene más riesgo de que se puedan producir altercados o actos de vandalismo, aunque son «incidentes puntuales».
Increparon a la chófer
El fallecido iba con un grupo de una docena de personas que viajaba en el vehículo y que a lo largo del trayecto increpó e insultó a la conductora, según la versión de la empresa.
En un comunicado, la empresa Mohn, del grupo Baixbus y encargada de operar el servicio de la N-12, subrayó que el grupo, que había subido al autobús en la calle Numancia, bajó de manera voluntaria en la parada de la avenida Diagonal con la calle González Tablas, donde se produjo el atropello.
Tras descender, el grupo de jóvenes continuó con los insultos y las patadas en el lateral derecho del vehículo.
La conductora cerró las puertas del autobús e inició la marcha para salir de la parada y continuar su trayecto con prudencia y escasa velocidad, asegura el comunicado.
La chófer, que ha dado negativo en el control de alcoholemia, comprobó que no hubiera nadie delante del autobús antes de arrancar, giró a la derecha para incorporarse a la circulación, y fue entonces cuando notó que con la rueda trasera derecha había atropellado al joven.