A primera hora de la mañana todo marchaba con cierta normalidad en la Puerta del Sol. Los policías que allí seguían custodiando por tercer día consecutivo, permitían el acceso parcial a la céntrica plaza. El metro funcionaba, y los autobuses y los taxis habían establecido su servicio con normalidad. Una situación que se ha visto alterada por la nueva marcha de ‘indignados’ iniciada desde la Plaza de Oriente a las 13.00 horas aproximadamente.
Minutos antes, a las 12:30 horas, se han bloqueado todos los accesos al kilómetro 0 y a la estación de Sol, donde los trenes no paraban. La Policía allí presente ha iniciado el desalojo de bares y restaurantes de la zona de Sol y algunas tiendas de grandes cadenas han cerrado. Según informaba el diario El País, los agentes entraron en tiendas y bares para pedir que se evacuara a los clientes. «Dejadnos pasar que queremos comprar» y «esto sí perjudica a los comercios» han dicho los ‘indignados’, que aseguran que las pérdidas de los comercios denunciadas mientras estaban acampados no son tales e incluso, según uno de ellos «algunos han ganado más dinero».
Ese ‘indignado’, que portaba la misma máscara que el movimiento ‘Anonymous’, denunció frente a las decenas de periodistas que estábamos en la Plaza de Oriente el trato recibido en la noche del miércoles por la Policía que, según él, le increpó, le insultó y no le dejó pasar por llevar un jersey «de perroflauta». Una actitud, la de la Policía, que este jueves se ha mantenido en la misma línea: pacíficos, sí, pero armados como si de una guerra se tratara y cubriéndose con escudos para protegerse de unos ataques que no existían ya que, según muestran los propios ‘indignados’ con sus manos en alto, ésas son sus armas.
La escena de la mañana del jueves se diferenciaba de la del miércoles en el número de manifestantes, que se ha reducido hasta unos 150. Algo que según ha explicado Marta, de la plataforma ‘Acampada Sol’, muestra «lo absurdo que es el cordón policial» ya que hay muchos más policías que indignados. Por eso, se ha convocado la marcha a las 12 del mediodía y en las asambleas que se celebrarán a lo largo del día se decidirá si se repite el viernes. Lo que sí es seguro es que los intentos de acceder a la plaza de Sol van a producirse durante todo el día desde todos sus accesos y, a la espera de lo que decidan la asamblea, se convocará otra marcha a las 20.00 horas del jueves.
Mientras, ante la imposibilidad de acceder a Sol, los manifestantes se han dirigido al Congreso de los Diputados pero para su sorpresa, otro dispositivo policial les ha impedido llegar hasta la puerta. Por eso, tal y como hicieron la pasada madrugada, han marchado por el centro de la calle Gran Vía hacia la plaza de Callao impidiendo la circulación de los vehículos.
Segundo día de bloqueo
A las 22.00 horas de este miércoles, la Puerta del Sol parecía un campo de batalla. A un lado, 200 policías y más de una treintena de furgones blindados en representación del Gobierno y en defensa -según apuntan todo los rumores- de la seguridad del Papa. Al otro lado, en las calles aledañas y de acceso a la céntrica plaza madrileña, cerca de un millar de ‘indignados’ reclamando nuevamente un cambio real del sistema. Unos equipados con cascos y armas. Los otros con sus palabras y reivindicaciones. “Esto sí que es una acampada ilegal y no la voz del pueblo” coreaban los manifestantes que se hallaban en la calle Arenal.
Como si de una película épica se tratara, todo parecía preparado para el gran asalto final. Figuración, luces y acción. Los policías dispuestos con sus cascos, escudos protectores y pistolas. Los ‘indignados’ con sus pancartas y manos en alto desafiando a la autoridad con proclamas como “que no, que no tenemos miedo”, que parece haber sustituido a aquel ya mítico cántico de “que no, que no nos representan”.
A las 22.30 horas, el nerviosismo comenzaba a apoderarse de los allí presentes. Gritos y silbidos alarmaban a las Fuerzas de Seguridad del Estado. Al principio procedentes de la Calle Preciados, más tarde procedentes de la Calle del Carmen. Dispuestos con todo tipo de protección -como si al otro lado se encontraran terribles terroristas- corrían de un sitio para otro. Según informa Europa Press, los policías cuentan con la orden de no emplear medios antidisturbios ni pelotas de goma, así como evitar detenciones. No obstante, lo que Estrella Digital ha podido constatar es que el simple ruido de un globo acentuaba la predisposición al ataque y desataba los nervios de unos agentes que parecían no tener muy claro qué hacer salvo bloquear el paso.
Al principio de la noche, la información que fluía en la Puerta del Sol era confusa. A los periodistas nos llegaban rumores de enfrentamientos entre los propios ‘indignados’ y cargas policiales en las inmediaciones al Congreso. No obstante, este diario no ha podido confirmar dichas informaciones. Las protestas se han alargado hasta bien entrada la madrugada. Después de varias horas intentando acceder a la Puerta del Sol, los ‘indignados’ decidieron reunirse en asamablea en Callao y organizar así sus próximas acciones.
El 15M escribe el siguiente capítulo
Desde el 12 de junio, día en el que se decidió por asamblea levantar el campamento de Sol, hasta hoy, el carácter combativo y reivindicativo de los ‘indignados’ no ha cesado. Primero fueron las largas y pacíficas sentadas en las inmediaciones al Congreso de los Diputados para reclamar la atención de los políticos. A continuación llegó el 19J, masiva manifestación internacional en la que se protestaba contra el Pacto del Euro. Y más tarde llegaron las marchas de ‘indignados’ procedentes de diferentes puntos de España y que confluyeron en Madrid con un destino común: Bruselas y la Comisión Europea. Mientras, un punto de información permanente permanecía en Sol a la espera de futuros acontecimientos.
Dichos acontecimientos se produjeron esta misma semana, cuando sin previo aviso el Ayuntamiento de Madrid y el Ministerio de Interior ordenaron el desalojo forzoso de los acampados en la Puerta del Sol y el Paseo del Prado. ¿Los motivos de este ataque repentino? Nadie lo ha confirmado aún, pero todo parece indicar que se debe a la visita del Papa Benedicto XVI a la capital entre los días 15 y 21 de agosto.
En la mañana del pasado martes, el último reducto que quedaba del 15M en Sol, el famoso punto de información, fue desalojado por más de 300 policías. Este hecho desató la ira de los ‘indignados’ que no han dudado en salir a la calle para protestar por lo que consideran un abuso de poder. La primera de la marchas se produjo este martes. El destino era Sol, pero el bloqueo de la policía impidió a los manifestantes acceder a la céntrica plaza, lo que les obligó a acabar en la Plaza Mayor. Algunos desafiaron al Gobierno quedándose a dormir. Sin embargo, en la mañana de este miércoles volvieron a ser desalojados. La respuesta no podía ser otra: nueva jornada de protestas.
Esta nueva jornada comenzaba a las 18.00 horas en la Plaza de Jacinto Benavente. Una asamblea en la que participaron unos 200 indignados ha sido el germen de la protesta. El resultado: nueva marcha en pro de la reconquista de Sol. A las 20.00 ha salido de Atocha. Tras llegar a la plaza de Neptuno, se ha desviado hacia la Carrera de San Jerónimo para protestar ante el Congreso de los Diputados, aunque la Policía les ha cortado el paso. La marcha ha continuado hacia la plaza de Cibeles. Tras pasar por delante de la sede del Banco de España ha subido por la calle Alcalá y ha entrado en la Gran Vía. Destino Sol, aunque se han tenido que conformar con ver la plaza de lejos. Por detrás de un doble cordón policial dispuesto en la Calle Preciados para impedir la entrada.
En dicha asamblea, los ‘indignados’ también decidieron no forzar la entrada en la Puerta del Sol, emblema del Movimiento, y no usar la violencia, aunque sí querían hacer ver que la Policía veta derechos fundamentales.
Helena Burgos/Elsa Sardina