Fueron muchas las ciudades que quisieron apoyar este miércoles a los ‘indigandos’ de Sol, que trataron de recuperar la que, para ellos, es «su plaza». Por eso, se convocaron manifestaciones y concentraciones en varios puntos de España. En ciudades como Sevilla, la convocatoria no tuvo mucho éxito y sólo unos pocos acudieron a la Plaza Nueva. Sin embargo, en otras capitales como Valencia y Barcelona sí se sintió, y mucho, el movimiento 15M.
Barcelona
En la ciudad condal, los indignados han optado por canalizar su acción en la calle en las protestas por los recortes de Salud. Por eso, un centenar de personas intentó colapsar por tercer día consecutivo el servicio de urgencias del Hospital de l’Esperança de Barcelona, acudiendo al centro para ser atendidos más allá de las 20 horas, el nuevo horario de cierre desde el 1 de agosto.
Los participantes en la protesta llegaron en manifestación desde plaza Catalunya, donde se celebró este miércoles una asamblea en solidaridad con los ‘indignados’ de la plaza de Sol de Madrid.
Durante la marcha, que duró una hora y media, el colectivo cortó algunas calles y, a lo largo del Passeig de Gràcia, se detuvo ante entidades bancarias y la Bolsa de Barcelona para señalar a los «culpables» de la crisis.
Una vez en el Hospital de l’Esperança, un grupo se dirigió al servicio de urgencias, donde pidieron ser atendidos, mientras que otros participantes esperaron en la puerta y algunos de los que no pudieron acceder presentaron escritos de reclamación para dejar constancia de su protesta.
«Llevamos tres días consiguiendo que no cierren hasta pasadas las 21.30», señaló en declaraciones a Europa Press un ‘indignado’, llamado Edu, quien también defendió la efectividad de esta medida como acción simbólica para quejarse por los recortes en sanidad.
Otro de los ‘indignados’ señaló que los trabajadores del centro hospitalario se muestran de acuerdo con la reivindicación, aunque no participan más por «miedo» a represalias, aseguró.
El Consorcio Sanitario de Barcelona (CSB) anunció la semana pasada que las urgencias del Hospital de L’Esperança de Barcelona se mantendrán de 8 horas a 20 horas, festivos incluidos, tras la presión vecinal para mantener este servicio del barrio de Gràcia, que realiza unas 20.000 visitas al año y que en un principio se iba a cerrar definitivamente.
Este servicio funcionará como un CUAP vinculado al centro de atención primaria de Vallcarca y al de Larrard para atender urgencias leves durante el día, y por la noche los pacientes podrán ser atendidos en la Clínica Plató, el Hospital Dos de Maig y el centro de urgencias de atención primaria (CUAP) Cotxeres de Borbó.
Valencia
A las 20 horas empezaron a llegar a la plaza del Ayuntamiento del Cap i Casal decenas de personas que ocuparon la zona peatonal, ante la atenta vigilancia de varias patrullas de Policía Local y Nacional.
Los manifestantes, que repartieron ‘pitos’ y corearon lemas como «Lo llaman democracia y no lo es», «Que no, que no, que no nos representan» y «Es una dictadura y lo sabéis», desplegaron una pancarta en la que podía leerse «Hoy ‘el Sol’ brilla más que nunca», en referencia a la plaza madrileña.
«Esta concentración lo que quiere es demostrar a los que están en Sol que no están solos», explicó a EFE Reyes, una joven «indignada», mientras que otra mujer de unos 70 años aseguró que «cualquier persona que se sienta ser humano tiene que estar indignada por la situación del mundo».
Tras cerca de una hora de concentración, los ‘indignados’ decidieron dirigirse hacia la Delegación del Gobierno, y para ello recorrieron la calle de las Barcas y Pintor Sorolla cortando el tránsito de vehículos, al grito de «políticos al paro, banqueros a la cárcel».
Durante el recorrido, se pararon delante de cada sucursal bancaria para gritar «culpable, culpable» o «recuerda Botín, vamos a por ti».
A su llegada a la Delegación, los manifestantes ocuparon la práctica totalidad de la calle Colón, que también quedó cortada al tráfico, ya que se sentaron en medio de la calzada, desde la que, con las manos en alto, corearon «Madrid aguanta, Valencia se levanta» y «El pueblo no se calla aunque venga el Papa».
Los manifestantes emprendieron de nuevo la marcha por la calle Colón, y regresaron a la plaza del Ayuntamiento, donde iniciaron la protesta.
La delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Ana Botella, afirmó en la mañana del miércoles no tener constancia de «ningún movimiento» por parte de los ‘indignados’ porque la Administración a la que representa no ha recibido «ninguna tramitación de solicitud al respecto».