La titular del Juzgado de Instrucción número 6 de Valladolid ha ordenado este martes el ingreso en prisión de la presunta autora de la muerte por asfixia de tres menores discapacitados en un centro de acogida de Boecillo (Valladolid), G.L.B, de 55 años.
Aunque la mujer se encuentra desde el lunes bajo custodia policial en el Módulo Penitenciario del Hospital Clínico Universitario de la capital vallisoletana, donde se recupera de las lesiones que se autoinfligió en las muñecas y cuello con un cutter, la juez encargada del caso se ha personado hoy en las dependencias sanitarias para tomarle declaración, tras lo cual ha dictado auto ordenando su ingreso en el Centro Penitenciario de Valladolid, según una información del Diario El Mundo y recogida por Europa Press.
En su primera declaración prestada ayer ante la Guardia Civil e interrogada sobre lo ocurrido en el centro de acogida ‘Nuevo Amanecer’, donde fueron hallados los cadáveres de tres niños discapacitados de 3, 9 y 14 años con sus cabezas cubiertas con papel de cocina film, la cuidadora de origen uruguayo no facilitó explicación alguna y aseguró que no recordaba nada.
En ningún momento se responsabilizó de la muerte de los tres menores y tan sólo alegó que su único propósito fue el de quitarse la vida, según informaron a Europa Press fuentes de la investigación, las mismas que refieren que la declarante, tal y como ha revelado el marido de la detenida, ya protagonizó hace un par de años en Ávila otro intento autolítico.
Dice no recordar nada
La presunta autora de la muerte por asfixia de tres menores discapacitados en un centro de acogida de Boecillo (Valladolid), G.L.B, de 55 años, aseguró, en su primera declaración prestada a la Guardia Civil, no recordar nada de lo ocurrido y mantuvo que su único propósito fue el de quitarse la vida.
Bajo custodia policial en el Módulo Penitenciario del Hospital Clínico Universitario de Valladolid, donde se recupera de las lesiones que se autoinfligió en las muñecas y cuello con un cúter, la cuidadora de origen uruguayo fue ya ayer interrogada sobre lo ocurrido en el centro de acogida ‘Nuevo Amanecer’, donde fueron hallados los cadáveres de tres niños discapacitados de 3, 9 y 14 años con sus cabezas cubiertas con papel de cocina film, sin que facilitara explicación alguna ya que aseguró que no recordaba nada.
En ningún momento se responsabilizó de la muerte de los tres menores y tan sólo alegó que su único propósito fue el de quitarse la vida, según informaron a Europa Press fuentes de la investigación, las mismas que refieren que la declarante, tal y como ha revelado el marido de la detenida, ya protagonizó hace un par de años en Ávila otro intento de suicidio.
El subdelegado del Gobierno en Valladolid en funciones, Antonio Andrés Manso, ha explicado que una vez que la mujer reciba el alta médica, pasará a disposición del juez y «seguirán las investigaciones ya en fase judicial».
«La Guardia Civil ha finalizado prácticamente sus investigaciones», ha precisado, y el caso sigue bajo secreto sumarial.
El subdelegado en funciones ha asegurado que «parece que se confirman las primeras impresiones», en el sentido de que la cuidadora pudo matar de forma violenta, supuestamente, a tres niños con discapacidad en un centro de Mensajeros de la Paz en Boecillo.
Antonio Andrés Manso ha hecho estas declaraciones tras asistir a la concentración silenciosa celebrada esta mañana en la Plaza de los Condes de Gamazo de Boecillo, en señal de duelo por la muerte ayer de estos niños de 3, 9 y 14 años.
La concentración la ha convocado el Ayuntamiento de esta localidad de unos 4.000 habitantes, situada a doce kilómetros de Valladolid, en la que se han decretado tres días de luto oficial y las banderas ondean a media asta.
Posibles motivos
El psiquiatra vallisoletano Blas Bombín reconoce tener dudas de que la muerte por asfixia de tres menores discapacitados en un centro de acogida de Boecillo (Valladolid) a manos, presuntamente, de su cuidadora pueda enmarcarse en un triple homicidio por compasión. En cambio, ha conjeturado que la tragedia podría tener su origen en el denominado ‘síndrome del quemado’ o síndrome de ‘Burn out’ al que se encuentran expuestas las personas que desempeñan determinadas tareas.
En el presente caso, y tras advertir de que la opinión expresada se mueve en el terreno de la conjetura, ya que para un diagnóstico preciso sería necesario entrevistarse con el paciente, el experto en Psiquiatría ha calificado la conducta de la cuidadora de «aberrante y de naturaleza monstruosa y antinatural» y, en principio, ha puesto en tela de juicio que la triple asfixia de los menores–sus cabezas aparecieron cubiertas con papel de cocina film–responda al deseo compasivo de la detenida de poner fin a la penosa vida de las víctimas.
Así, frente a la hipótesis del triple homicidio compasivo, Blas Bombín, en declaraciones a Europa Press, ha explicado que el comportamiento de G.L.B, de 55 años y nacionalidad uruguaya, quien llevaba cinco años trabajando en el centro ‘Nuevo Amanecer’ que gestiona la ONG Mensajeros de la Paz en Boecillo, podría ser fruto del síndrome de ‘Burn out’ que afecta a algunas personas que están al cuidado de personas mayores, enfermas o discapacitadas, como el presente caso, y que «puede provocar estrés, cansancio, depresión y derivar en una alteración psicótica».
En estos casos, tal y como ha precisado el experto, la persona afectada puede llegar a sufrir «delirios y tener actitudes aparentemente redentoras y compasivas que le llevan a erigirse en justiciera de una situación penosa o lamentable», trastorno que podría verse agravado en el supuesto de que además consumiera algún tipo de sustancia estimulante para resistir el «agobio que puede suponerle el cuidado reiterado de este tipo pacientes».
Desequlibrio mental
El intento de suicidio de la cuidadora, que fue hallada inconsciente en una bañera y con cortes en sus muñecas y cuello, es otro indicio que lleva a Bombín a cimentar su tesis de que G.L.B, «en un momento de lucidez», pudo percatarse a posteriori de la gravedad de su conducta y que muestra que «el equilibrio mental de esta persona deja mucho que desear».
De confirmarse su diagnóstico, el psiquiatra precisa que la imputabilidad de la detenida se encontraría atenuada a los efectos de su responsabilidad penal, aunque también ha apuntado que su condición de madre de la coordinadora de Mensajeros de la Paz en Castilla y León y, por ende, esa «cercanía, confianza o la consideración de persona allegada al sistema» pudiera ser utilizada contra ella como agravante en un juicio.
En cuanto a una posible responsabilidad subsidiaria por lo ocurrido en dicho centro de acogida, gestionado por Mensajeros de la Paz y tutelado por la Gerencia de Servicios Sociales de la Junta, Bombín ha sido categórico al asegurar la «dificultad» de prever este tipo de situaciones, sobre todo en personas que llevan tanto tiempo desempeñando este tipo de trabajos.
«La mente puede sufrir un trastorno de la noche a la mañana, prácticamente imposible de prever, en personas con una gran carga física de trabajo y un exceso de responsabilidad que pueden provocar desde el aislamiento y la depresión hasta la inestabilidad y la agresividad. Ocurre a personas que se sienten atrapadas en una especie de ratonera», ha sentenciado.
Estrella Digital/Agencias