Varios vecinos de B.V.M., la mujer de 50 años y etnia gitana fallecida en El Puerto de Santa María (Cádiz) por disparos de escopeta, atribuyen el crimen a un «ajuste de cuentas». Según sus testimonios, la mujer fue abatida justo a las puertas de la vivienda de alquiler en la que residía con otras personas de la misma etnia por alguien que esperaba en un coche de color blanco.
En declaraciones a Europa Press Televisión, uno de los vecinos, identificado como Diego, ha manifestado que aunque no se encontraba en la zona en el momento del tiroteo, sus hijos le telefonearon para avisarle del asunto y al llegar a la calle Alfarero, en la prolongación de la barriada de Las Nieves de El Puerto de Santa María, tuvo conocimiento de que «habían matado a una señora» a la que no conocía porque residía desde hace poco junto a su familia en esta zona de parcelas y chalés.
«Un ajuste de cuentas»
«Dicen que se trata de un ajuste de cuentas, porque llegó (a la zona) un hombre en un coche blanco y la estuvo esperando en la puerta de la vivienda, puesto que la señora había salido. Al volver ella, acabó con su vida», ha explicado este vecino de Las Nieves. La Policía Nacional aún no ha practicado ninguna detención y está a la espera de recibir el resultado de las pruebas de autopsia, según han informado a Europa Press fuentes policiales.
Este residente, de cualquier modo, ha asegurado que los vecinos pasaron «miedo», sobre todo porque «muchas veces» se reúnen para «dar una vuelta por la tarde». «Si llegamos a salir, nos pegan dos tiros», ha aseverado recalcando que la familia era «muy educada y nunca había dado problemas». Por su parte, Rosa, otra vecina, ha explicado a Europa Press Televisión que la víctima «volvía de comprar y cuando todo pasó, intentó arrastrarse hasta la casa y los que estaban dentro ya se lo esperaban. No abrieron la puerta y lo que intentaron fue quitar a los niños, pasándoselos a la vecina por la tapia hasta que la señora falleció en la misma puerta de la casa».
«Se veía venir»
No obstante, ha indicado que «se veía venir» un hecho así, porque «no era normal que en la vivienda entrara y saliera tanta gente de etnia gitana, en una zona donde nunca ha ocurrido nada». Eso sí, ha querido dejar claro que «todos eran muy educados, saludaban siempre y nunca han tenido problemas con los vecinos».
A pesar de ello, ha reiterado que «algo raro pasaba porque habían tapado la fachada» de la vivienda y «no querían salir de ella, solo lo justo».
Además, ha lamentado la muerte de esta vecina porque, «si los vecinos hubiéramos hecho algo, se habría evitado esta tragedia», ha dicho.
Todos coinciden en que pasaron «miedo» a cuenta del crimen, si bien Rosa ha comentado que «todos los gitanos no son iguales, pero estos no han esperado a que la Ley haga justicia y se lo han cobrado ellos por sí solos».