Miles de personas se han congregado este domingo en la localidad leonesa de Rodiezmo, donde se celebra la XXXII Fiesta Minera Asturleonesa, en esta ocasión, marcada por la ausencia del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, por segundo año consecutivo. Además, el evento tampoco cuenta con la presencia de ningún ‘primer espada’ de la dirección del PSOE.
Zapatero no está presente en la cita con la que inauguraba el curso político hasta 2010, un momento que estuvo marcado por el distanciamiento entre el Ejecutivo central y las organizaciones sindicales a causa de la reforma laboral. En la última ocasión que acudió al acto, en 2009, lo hizo acompañado por las entonces ministra de Igualdad, Bibiana Aído y la secretaria de Organización del PSOE, Leire Pajín.
No obstante, el PSOE está representado por el líder socialista asturiano, Javier Fernández, que cuenta con una intervención en el acto, así como por el exvicepresidente del Gobierno y diputado socialista Alfonso Guerra, habitual de la Fiesta.
Desde que Zapatero fue elegido secretario general del PSOE, únicamente faltó al evento en 2001 y le sustituyó José Blanco, y desde que se proclamó presidente del Gobierno en 2004 anunciaba en esta cita la subida de las pensiones mínimas para el año siguiente.
La Fiesta cuenta con las intervenciones del secretario general de UGT, Cándido Méndez; el secretario general de FIA-UGT, Antonio Deusa; el secretario general de FIA-UGT Castilla y León, Manuel López y el secretario general del SOMA-FIA-UGT, José Ángel Fernández Villa.
Además del tradicional acto político-sindical, en la celebración se desarrollan otras actividades como la exhibición de adiestramiento ‘Escuela Canina Víctor Cuesta’, juegos de ordenador, concentración de motos clásicas y modernas, concurso de entibadores, juego de la rana y actuación musical, entre otras.
Intervención de Alfono Guerra
El exvicepresidente del Gobierno Alfonso Guerra ha afirmado este domingo que el Ejecutivo ha tenido que tragarse una «píldora envenenada» al tener que reformar la Constitución para que los «poderosos» no arrasaran el país.
Guerra ha dicho además que «a veces, la verdad no gusta oirla», pero vivimos una «dura época» en la que los «enemigos de los humildes» se han adueñado de los resortes del poder.
A juicio del diputado socialista, existe una guerra de la economía contra los pueblos, que la derecha está aprovechando para hacer recortes, algo que asume como un «placer», ya que convierte lo público en privado para hacer negocio con ello. «La culpa de la crisis es la codicia de unos pocos», ha proseguido Guerra, quien ha insistido en que la situación no se va a arreglar votando al PP, partido al que ha responsabilizado de haberla creado.
También ha criticado a los nacionalistas por opinar que la reforma de la Carta Magna ha roto el consenso de 1978, y ha argumentado al respecto que ellos han propuesto enmiendas en las que plantean el derecho de autodeterminación, que sí que rompe el acuerdo constitucional. Guerra ha insistido en que hay que despertar a «mucha gente anestesiada» que cree que el PP va a resolver sus problemas y en que hay que hacer un esfuerzo «para ver la cara que se le queda» al líder del Partido Popular, Mariano Rajoy, y sus seguidores si el PSOE gana las elecciones.
En este punto, se ha referido a los recortes impulsados por el PP en las instituciones en las que gobierna y ha denunciado que los achaquen a la herencia socialista, cuando el ayuntamiento más endeudado es el de Madrid y la autonomía más endeudada es la Comunidad Valenciana. «¿Herencia socialista? Pregunten en otro sitio, pregunten en el sastre», ha señalado Guerra en alusión a la trama de corrupción en la que está supuestamente implicado el expresidente de la Generalitat valenciana Francisco Camps.
No obstante, Guerra ha aceptado que «a veces hay que hacer recortes», si bien ha incidido en que el déficit no está para gastarlo en «cohetes», sino en las necesidades urgentes de la gente.
El exvicepresidente del Gobierno ha concluido su discurso invitando a los participantes en la fiesta minera de la UGT a defender el socialismo y plantar cara a quienes quieren exterminar las ideas progresistas.
Estrella Digital/Agencias