El subdelegado del Gobierno en Pontevedra, Delfín Fernández, ha afirmado que la autoría del artefacto explosivo encontrado en un cajero de NCG del barrio vigués de Bouzas, y que ha sido detonado por artificieros en la madrugada de este lunes, «probablemente» se corresponde con «eso que llaman Resistencia Galega», teniendo en cuenta el ‘modus operandi’ y el «tipo de procedimiento utilizado».
Así lo ha explicado en declaraciones a los medios en la localidad pontevedresa de O Porriño, donde ha manifestado su condena y su «rechazo total y absoluto» por los hechos ocurridos, en los cuales no ha habido personas heridas. «Que este tipo de gente intente reivindicar alguna cosa sobre Galicia, por ese camino no», ha advertido el delegado, quien ha recordado que «con violencia no se hace democracia».
En cuanto a los hechos, ha recordado que sobre las 2.45 horas una persona entró en un cajero para sacar dinero y encontró un paquete con una nota donde ponía ‘peligro bomba’, por lo que dio aviso a la Policía, la cual llegó a la zona a los «dos o tres minutos».
Así, ha indicado que se acordonó la zona y que fue evacuada «la primera planta» de viviendas que existe encima de la oficina de la entidad. Posteriormente, los artificieros del Tédax sacaron el paquete con un robot y se realizó una explosión controlada que «causó pequeñitos daños materiales en el entorno».
Por otra parte, en cuanto al artefacto, no existió aviso previo alertando de su colocación antes de que fuese encontrado por un vecino de la zona, que fue quien dio aviso a las fuerzas de seguridad. Fuentes policiales han confirmado a Europa Press que se trata de un artefacto de fabricación casera y, por el momento, todavía se desconoce su composición –los Tédax están realizando el correspondiente informe–.
Otras explosiones
En los últimos tiempos en Galicia se han registrado explosiones de artefactos en sedes de partidos políticos y sindicatos, sin que hubiese que lamentar víctimas, pero sí se han producido daños materiales. La última acción violenta de este tipo se registró el pasado 26 de septiembre y consistió en la colocación de un artefacto de fabricación casera en la casa natal de Manuel Fraga, en Vilalba (Lugo).
La explosión provocó algunos daños materiales como la rotura de la puerta de entrada del inmueble, que alberga la Fundación Manuel Fraga, y de cristales de algunas viviendas adyacentes, pero no hubo que lamentar heridos. Este artefacto estaba compuesto de dos bombonas de cámping gas y pólvora negra y su autoría fue atribuida al independentismo radical.
Previamente, a mediados del pasado mes de junio se registró otro de estos atentados a pequeña escala en la sede del PP de Ordes (La Coruña) y también fue vinculado con el entorno del independentismo radical.
En marzo de este año, un dirigente comarcal de Vigo de la Central Unitaria de Garbilladores (CUT) y un afiliado de este sindicato, ambos trabajadores del sector de la construcción naval, fueron detenidos por su supuesta relación con los atentados con artefactos incendiarios contra las agrupaciones socialistas de diversas localidades, así como del PP y de otros sindicatos.
En enero de este año, fue atacada con dos artefactos incendiarios la sede del PSdeG de Betanzos (La Coruña) y, ya en diciembre de 2010, un artefacto provocó daños materiales en la sede del PSdeG de Cacheiras, en el municipio coruñés de Teo, pero previamente también habían sido atacadas dependencias de este partido en A Estrada, en Salceda y en Salvaterra do Miño (Pontevedra).
El PP también ha sufrido otros ataques a sus sedes, como los registrados con cóctel molotov en abril de año pasado en las oficinas de Nigrán y de Gondomar (Pontevedra).
También se produjeron otras acciones violentas en entidades financieras, como por ejemplo la colocación de un artefacto explosivo en otro cajero de Vigo, en febrero de este año, que no llegó a explotar. En aquella ocasión también afectó a Novacaixagalicia