El Tribunal Supremo ha indemnizado con 18.000 euros a un trabajador de un estudio arquitectónico de Almería al considerar que la situación de acoso laboral sufrida en su empresa le provocó un cuadro de ansiedad que generó su baja médica.
Según explica la sentencia, el alto tribunal ha decidido conceder al empleado esta cantidad económica adicional a la abonada por su despido dados los daños y perjuicios sufridos y considerando que se ajusta «a las circunstancias» del caso y a la enfermedad psíquica provocada por el comportamiento empresarial.
Los hechos se remontan a septiembre de 2007, fecha en la que el empleado, que ocupaba el puesto de delineante en el estudio, fue despedido de forma improcedente de la empresa en la que trabajaba desde 1997.
El trabajador impugnó su despido y fue readmitido en el estudio por orden de los juzgados de lo social. A partir de su incorporación se le encomendó un trabajo de menor categoría y se le negó el acceso a los servidores informáticos.
Además, la empresa demandada redujo las pausas de las que disfrutaba durante la jornada y le impidió que utilizara el teléfono de empresa y que hiciera uso de su móvil personal en horario laboral.
El estudio de arquitectos le encargó en este periodo trabajos no ajustados a su puesto como un informe de los negocios existentes en todo el casco histórico de Almería en la que debía incluir la nacionalidad de los propietarios y los metros cuadrados del establecimiento.
También le solicitó que realizara un cálculo de las pendientes de las calles mediante la utilización de un metro y sin ayuda de ninguna otra persona.
Tras varios meses sufriendo esta situación el empleado vio recortado su salario y modificado su horario de trabajo y recurrió de nuevo a los juzgados de lo social de la localidad, que volvieron a darle la razón. Poco después se le sancionó por faltas de puntualidad y tras la presentación de otro recurso, la Justicia apoyó una vez más al empleado.
El trabajador causó finalmente baja médica en febrero de 2008 por padecer un trastorno adaptativo ansioso-depresivo por estrés laboral y fue de nuevo despedido en octubre de 2008.