Alrededor de 1.100 invitados han asistido este miércoles a la tradicional recepción que los Reyes ofrecen cada año en el Palacio Real con motivo de la celebración del 12 de Octubre, Día de la Fiesta Nacional.
Representantes institucionales y de la sociedad civil, políticos, diplomáticos, militares, empresarios y periodistas han compartido un vino español con los miembros de la Familia Real, con los que han tenido ocasión de conversar de forma informal en un acto que se ha acortado en relación con ediciones anteriores.
La recuperación de Don Juan Carlos de la operación a la que se sometió a primeros de septiembre para que le repararan el tendón de Aquiles de su pie izquierdo ha obligado a introducir cambios en la organización del acto.
Si en años anteriores el millar de invitados saludaba uno a uno a los miembros de la Familia Real en el Salón del Trono -un rito que se prolongaba alrededor de 45 minutos_en esta ocasión ese besamanos se ha limitado a los representantes de los poderes del Estado.
Así, tan sólo el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, acompañado por su esposa, Sonsoles Espinosa; los presidentes del Congreso y del Senado, José Bono y Javier Rojo; el presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Dívar, y el del Constitucional, Pascual Sala, han realizado la línea de saludos oficial a la Familia Real en la Saleta Gasparini.
A continuación lo Reyes, los Príncipes de Asturias, la Infanta Elena y los Duques de palma se han dirigido al Salón de Columnas para saludar, ya de manera informal, al resto de invitados que se distribuían entre este espacio y un salón contiguo y que han guardado silencio cuando ha llegado el jefe del Estado.
El Rey, que iba vestido con uniforme de gala del Ejército de Tierra, caminaba apoyado en una muleta, ya que aún lleva una férula en su pie izquierdo. Su Majestad se esforzaba por abrirse paso entre todos los invitados que querían saludarle porque no habían tenido ocasión de hacerlo antes.
En ese momento, un grupo de periodistas se le ha acercado para preguntarle por su recuperación. «Pesada, pero bien», les ha contestado el monarca, que también contestó con un «muy bien» cuando se le preguntó por el desfile militar que acababa de presenciar.
Los Príncipes de Asturias charlaron unos minutos más con los periodistas que les saludaron. Don Felipe, que sí cambió el uniforme militar que llevó durante el desfile por un traje azul oscuro combinado con una llamativa corbata lila con flores blancas, comentó que el desfile militar le había parecido «muy bonito» y que había estado «mejor» que el año anterior.
En 2010, los ya habituales abucheos al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se produjeron en uno de los momentos más solemnes de la parada, durante el homenaje a los caídos, lo que provocó que hasta el propio Rey se quejara.
Al Heredero de la Corona le ha gustado el nuevo recorrido del desfile -que se ha hecho por primera vez de Atocha a Colón_y la nueva ubicación de la tribuna de autoridades, en la Plaza de Neptuno. Incluso ha bromeado diciendo que este año habían presenciado el desfile «mucho más cómodos» ya que en la tribuna se introdujeron este año sillas pensando en el Rey, que no debe permanecer mucho tiempo de pie.
Rajoy y Rubalcaba no hablan de su conversación
Los habituales corrillos que formaban los periodistas en torno a las principales figuras políticas del país y que desde hace un par de años la Casa del Rey quiere evitar para que los políticos no se lancen unos a otros acusaciones en presencia de Su Majestad se siguen reduciendo, en parte porque los políticos rehúsan hacer declaraciones como sí ocurría en ediciones pasadas.
Aunque tanto al líder del PP, Mariano Rajoy, como a su rival en las próximas generales del 20 de noviembre, Alfredo Pérez Rubalcaba, se les ha preguntado por la larga conversación que han mantenido durante el desfile, ninguno ha querido entrar en mayor detalle sobre su contenido.
Según Rubalcaba, hablaron «del deporte, de la campaña y de la vida», mientras que Rajoy señaló que «Rubalcaba hablaría de lo que hablara» pero que él hablaba de fútbol.
Rubalcaba se prodigó algo más en palabras que Rajoy y comentó que no le afectan los sondeos que auguran un significativo descenso para el PSOE en las próximas generales. Según él, se levanta cada día «con alegría» para hacer bien su trabajo.
Eso sí, subrayó que consideraba necesario para el ciudadano español que los dos candidatos celebraran un debate electoral.
Rubalcaba también dio su opinión respecto de la creación de los eurobonos. Se mostró convencido de que acabarán existiendo y apostó por que se pongan en marcha de forma rápida: «Es lo mismo que los tipos de interés, cuanto antes mejor», concluyó.
A la recepción asistieron distintos miembros del Gobierno, como los vicepresidentes Elena Salgado y Manuel Chaves, y los titulares de Exteriores, Trinidad Jiménez; Justicia, Francisco Caamaño; Interior, Antonio Camacho; Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, Educación, Angel Gabilondo, e Industria, Miguel Sebastián.
También acudieron algo más de media docena de presidentes autonómicos como los representantes de Madrid, Esperanza Aguirre; Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal; Comunidad Valenciana, Alberto Fabra; Aragón, Luisa Fernanda Rudi; Extremadura, José Antonio Monago y Asturias, Francisco Alvarez Cascos.
Asimismo, estuvieron presentes la vicepresidenta segunda del Congreso, la ‘popular’ Ana Pastor; el presidente de la Comisión Mixta de la UE en la última legislatura, Miguel Arias Cañete, (PP), la líder y diputada de UPyD, Rosa Díez, el presidente de Bankia, Rodrigo Rato, y el presidente de la Conferencia Episcopal Española, Antonio María Rouco Varela, entre otros.
No faltó tampoco la cúpula militar, así como varios embajadores (Marruecos, Francia, Reino Unido y Ucrania, entre otros) y el secretario general de la Unión por el Mediterráneo, el marroquí Youssef Amrani.
Estrella Digital/EP