España tiene el tipo de IVA más bajo del los países europeos de su entorno y un tipo de Sociedades superior a la media europea, según el estudio ‘Corporate and Indirect Tax Survey’ de KPMG, que pone de manifiesto que, sin embargo, Europa tiene los tipos de IVA más altos del mundo.
En concreto, en España el tipo de IVA más alto se sitúa en el 18%, similar al de países como Alemania (19%), Países Bajos (19%) y Francia (19,6%), aunque muy por debajo de otros como Bélgica (21%), Reino Unido (20), Dinamarca (25%), Suecia (25%) y Portugal (23%).
El estudio pone de manifiesto que los impuestos sobre sociedades han ido disminuyendo a un ritmo constante durante la última década, mientras que se han introducido sistemas de impuestos indirectos en distintos países del mundo que han ido incrementando los tipos y ampliando el hecho imponible.
Aún así, los tipos medios generales de los impuestos indirectos a nivel global se han mantenido estables, situándose en niveles similares a la media de 2011 (15,1%) durante los tres últimos años.
Europa es la región con los tipos de IVA más altos del mundo después de subir el tipo medio del 19,67% de 2010 al 19,71% en 2011, mientras que África ha elevado el tipo del 13,9% al 14,2% y Asia lo ha situado en el 11,7% desde el 11,6% de 2010. Oceanía ha elevado medio punto el tipo medio de IVA, hasta el 12,5%, mientras que Latinoamérica, lo ha reducido del 13,9% de 2010 al 12,8% de 2011.
Entre las modificaciones más significativas, la mayoría en Europa, destacan la del Reino Unido, que ha elevado el IVA del 17,5% al 20%; la de Portugal, que lo ha subido dos puntos, hasta el 23% y las de Polonia, Letonia e Italia, que los han subido un punto, hasta el 23%, 22% y 21%, respectivamente.
«Los gobiernos están incrementando su dependencia de los sistemas de imposición indirecta de acuerdo a razones de peso desde un punto de vista económico», señala la socia del área de tributación indirecta de KPMG, Natalia Pastor, tras recordar que los impuestos sobre el consumo constituyen un fuente de ingresos a la que pocos pueden resistirse porque ofrecen un flujo continuo de ingresos y recaudan más rápido.
Sin embargo, el informe pone de manifiesto que se están desaprovechando oportunidades para mejorar el flujo de caja, reducir costes, mejorar los procesos y otros aspectos importantes ante el gran número de transacciones que llevan a cabo las empresas.
En concreto, recuerda que también pueden aplicarse otros impuestos sobre la renta, propiedades, ventas y otras áreas y cree que las empresas multinacionales deben analizar todos estos costes. «Planificar estos factores puede reducir de forma considerable la factura fiscal a nivel global de las organizaciones», asevera.
En cuanto a la evolución del Impuesto de Sociedades, el estudio de KPMG asegura que el tipo medio ha disminuido a nivel global de forma progresiva en los últimos once años, al pasar del 29% del año 2000 al 23% de 2011. Europa sigue siendo la región con los tipos más bajos, con un 20,1%, a pesar de haberlo subido desde el 19,9% de 2010.
La zona de Asia-Pacífico lo ha bajado del 23,9% al 22,8% y Latinoamérica ha pasado del 25,3% al 25,1%, mientras que Norteamérica lo ha reducido en casi un punto, hasta el 22,8%, y Oceanía lo ha bajado del 24,2% al 23,8%. África, por su parte, lo ha mantenido estable.
Según el estudio, al aproximarse el final de la década los recortes de impuestos a las empresas se han visto reducidos, lo que sugiere que muchos países consideran que son suficientemente competitivos y que la opinión pública no respaldará ninguna bajada drástica adicional. Sin embargo, al continuar promoviendo recortes fiscales a pymes los gobiernos pueden atraer a inversores con un mínimo impacto en el presupuesto de los países.
Aún así, KPMG pone de manifiesto que la credibilidad y la consistencia de un gobierno resulta «tan importante» como los tipos impositivos a los ojos de los inversores y recuerda que los cambios imprevistos pueden alterar los planes de algunos inversores a largo plazo y llevarlos a deshacer sus estructuras actuales.