La economía, la crisis financiera y el desempleo fueron los pilares del único debate entre Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba, candidatos del PP y el PSOE a la Presidencia del Gobierno.
El encuentro se convirtió en un resumen cara a cara de propuestas ya anunciadas y sólo el socialista sacó a relucir una novedad: prometió que el Estado subvencionaría la Seguridad Social de los nuevos empleados de las pequeñas empresas. El ambiente fue cordial hasta que el de Ferraz prendió la mecha, mencionando el supuesto programa oculto de su oponente, que incluiría, según vaticina él, una bajada de los subsidios por desempleo. El de Génova lo llamó «mentiroso» y, entre interrupciones de su rival, negó las acusaciones hasta tres veces.
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La cordialidad se acabó con las prestaciones por desempleo. El ambiente en el Palacio de Congresos de Madrid se tensó conforme avanzó el debate. Hasta entonces, todo había transcurrido con normalidad. Los puntuales candidatos aparecían en el Palacio de Congresos de Madrid, ataviados con una vestimenta similar, traje oscuro y corbata azul. Rajoy, con camisa blanca; Rubalcaba, con camisa también azul. El de Génova llegaba con Carmen Martínez, directora de Comunicación del PP; al de Ferraz lo acompañaba Elena Valenciano, directora de campaña.
Dentro les esperaban cinco asesores más, que tendrían que aguardar en los camerinos, asignados por sorteo. Alrededor de una docena de furgones policiales protegía la entrada principal y los alrededores. Había llegado la hora. Comenzaba el único cara a cara entre los candidatos de los dos partidos mayoritarios, y lo hacía con la esperada foto, la única que ambos dirigentes se han hecho juntos en su vida.
Manuel Campo Vidal, presidente de la Academia de Televisión y moderador de la cita, en medio. Los aspirantes, sonrientes y aparentemente relajados, flanqueándolo. Después de un minuto de reflexión, los candidatos hicieron una exposición que se convirtió en un resumen del mensaje de la precampaña. Rajoy dijo que quiere desarrollar un plan global que ponga «fin» a las «improvisaciones» del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, con quien confundió a su interlocutor en más de una ocasión; ‘lapsus linguae’.
El modelo ‘popular’ parte del control del gasto público, por lo que incluye el desarrollo de la Ley de Estabilidad Presupuestaria. El socialista recurre a Europa e idea contando con ella. Rubalcaba quiere que la Unión retrase los años de ajuste de déficit hasta 2015 y reclama una bajada de tipos del Banco Central Europeo (BCE). Además, mencionó esa «especie de Plan Marshall» de la que ya había hablado Valenciano. A nivel nacional, el ex ministro del Interior quiere convertir al Instituto de Crédito Oficial (ICO) en un instituto financiero, para «abrir el grifo de crédito».
La única novedad
El de Ferraz arrancó el bloque económico con propuestas, las que ya se sabían (impuesto a las grandes fortunas, un gravamen para la banca, cambios en sociedades para mejorar las desgravaciones de las pymes…) y una nueva: que el Estado subvencione la Seguridad Social de los nuevos empleados en «todas las empresas de menos de 50 trabajadores», «cien por cien el primer año, 75 el segundo y 50 y 25» para los siguientes. Fue la única novedad que salió a la luz en el cara a cara.
A partir de ahí, el debate se convirtió en un pregunta-respuesta sobre el planteamiento del PP. Rubalcaba retrocedió siete años en el tiempo y sacó a relucir la burbuja inmobiliaria, aunque de la crisis global culpó a Estados Unidos y de los problemas actuales en particular, a Grecia. Luego, el ex número dos del Ejecutivo afirmó que «la dieta de adelgazamiento» a la que se ha sometido a la economía sólo ha servido para crear más paro.
El socialista se refugió en el supuesto programa oculto del contrario y vaticinó que, si llega al Gobierno, la formación de Génova comprará «activos tóxicos» generados por la burbuja inmobiliaria que el PSOE tardó en «pinchar», reconoció: «¿Está pensando que, con el dinero de los españoles, paguemos los resultados de su gestión de 1998?». «Yo lo que quiero es que se pongan a la venta las viviendas y no pienso poner ni un solo euro de dinero público».
Siguiendo con el análisis del programa del PP y con los vaticinios relacionados con el presunto programa oculto, el ex vicepresidente acusó al líder ‘popular’ de querer bajar las prestaciones de desempleo, subir el IVA y sacar a las pymes de los convenios. Estas suposiciones surgen de la idea de crear un fondo de capitalización para el desempleo, la de que los convenios sean de empresa y el anuncio de la subida del impuesto que hizo el «ministrable» -así lo llamó Rubalcaba- Luis de Guindos.
El momento más tenso
En este punto llegó el momento más tenso del debate. Rajoy negó las «insidias» de su interlocutor, al que llamó «mentiroso»: «Le pido que diga la verdad, no haga juicio de intenciones». Hasta tres veces tuvo que afirmar el del PP que no tiene pensado congelar las pensiones: «Ya le he dicho que miente», «yo no haré lo que han hecho ustedes, no bajaré las prestaciones por desempleo», «yo no soy como usted». Contestó una y otra vez a su oponente, que le interrumpía, empecinado en predecir esta supuesta medida.
Rajoy recordó que el Gobierno de Zapatero «bajó el sueldo a los funcionarios en un 5 por ciento, quitó el cheque bebé, la deducción por vivienda, congeló las pensiones, subió el IVA». Sus propuestas, las dejó para el final: el IVA no se pagará hasta que no se cobren las facturas, los ayuntamientos recibirán crédito del ICO para pagar a sus acreedores, las empresas inversoras pagarán un 10 por ciento menos del Impuesto de Sociedades.
Los ‘populares’ apuestan por nuevos mecanismos de financiación como el business angels, con el que se creó Twitter, en el que el debate se alzó como ‘trending topic’ a nivel nacional y número dos a nivel mundial. Además, el PP piensa en dar 3.000 euros a las pymes que creen empleo. Rajoy se plantea, y planteó a su rival… «Ahora propone medidas, ¿y por qué no las hizo antes? ¿Es que se le han ocurrido hace media hora?».
Políticas sociales
Después de 40 minutos de discusión económica y un descanso que los aspirantes aprovecharon para encontrarse con sus asistentes, se inició la discusión sobre políticas sociales, que también tuvo una gran carga económica. Rajoy plantea que, «si se crea empleo», habrá más personas que paguen impuestos, lo que servirá para financiar la educación, las pensiones y la sanidad, que las comunidades pagan con el IRPF, el IVA y los Impuestos Especiales.
Su contrincante sacó a relucir las políticas de ahorro que plantea, como subir los impuestos del alcohol y del tabaco. Luego, atacó a su antagonista con los recortes que han puesto en marcha las comunidades ‘populares’, le lanzó el ‘dardo’ de las huelgas de profesores y acusó a los gestores autonómicos de permitir que los hospitales privados deriven a los enfermos más costosos a la sanidad pública. «Pregunte en Valencia», apeló Rubalcaba. «No tengo que preguntar, eso es una insidia», respondió Rajoy.
Los aspirantes sólo coincidieron en un aspecto: la lucha antiterrorista. «Si soy presidente, le llamaré para dar los pasos que hay que dar par poner fin definitivo y, si estoy en la oposición, contará con mi leal colaboración», afirmó el socialista. «Yo haré exactamente lo mismo. En la lucha contra el terrorismo, la unidad de todos es capital para terminar definitivamente con la banda», subrayó el ‘popular’.