Cientos de personas, entre ellas numerosos militares, han despedido en un funeral celebrado al sargento primero Joaquín Moya Espejo, natural de Córdoba y fallecido el pasado domingo tras recibir un disparo de tropas afganas. La ceremonia se ha oficiado en la Iglesia de San José Obrero, ubicada en el Campo de la Verdad, barriada en la que creció Moya Espejo. Al acto han acudido amigos y compañeros militares, entre ellos de la Brigada de Infantería Mecanizada (BRIMZ) ‘Guzmán el Bueno’ X, con base en Cerro Muriano (Córdoba), donde estuvo destinado, además de los familiares, visiblemente emocionados y con rostros de dolor.
Sus compañeros le han rendido homenaje en la misa funeral y tras ello, el militar cordobés ha recibido sepultura en el Cementerio de la Salud, donde ya está enterrado su abuelo. Cabe destacar que Moya Espejo ha recibido la Cruz al Mérito Militar con distintivo rojo después de que sus restos mortales llegaran el lunes a la Base de Torrejón de Ardoz (Madrid), donde se ofició un funeral de Estado.
Moya Espejo, que formaba parte del Equipo Operativo de Asesoramiento y Enlace (OMLT) que instruye al Ejército Nacional Afgano (ANA) en las tareas de despliegue de los militares afganos en la provincia de Badghis, era natural de Córdoba, tenía 35 años y era padre de un hijo de 12 años. Estaba destinado en el Regimiento de Infantería Garellano 45, con sede en Vitoria.
El atentado en el sargento murió
El ataque que se saldó con su muerte tuvo lugar al noroeste de Ludina, cuando una unidad del ejército afgano estaba desplegada en una loma, junto al equipo de mentores españoles y un equipo de tiradores de precisión que protegía a las unidades que progresaban por el valle. En ese momento se recibió fuego de armas ligeras desde una posición lejana y el sargento primero Joaquín Moya Espejo, que iba equipado con su correspondiente chaleco antibalas, fue alcanzado en el tórax por un disparo, según detalló Defensa.
El sargento primero fue evacuado en un helicóptero norteamericano al hospital Role 2 de Bala Murghab y entró en parada cardiorrespiratoria durante el vuelo, certificándose su fallecimiento cuando llegó al centro hospitalario Role 2 de Bala Murghab.
Esta es la primera víctima mortal por arma de fuego que se registra durante un hostigamiento en Afganistán desde que las Fuerzas Armadas españolas iniciaran su misión en ISAF en enero de 2002. Desde entonces y hasta hoy habían fallecido en Afganistán 97 militares españoles y dos intérpretes. De los 97 fallecidos, 79 fueron en accidentes aéreos (Yak-42 y Cougar), 14 en ataques de la insurgencia (12 de ellos con IED’s), dos en accidentes de tráfico y dos por causas naturales.