El supuesto asesino de Avellaneda, la joven que apareció muerta ayer miércoles en una cantera abandonada de Collado Mediano, ha confesado a los agentes que le han interrogado que la mató en un arrebato, después de que ella no accediera a sus pretensiones, ha informado a Europa Press fuentes de la investigación.
No obstante, el presunto criminal, que había mantenido una relación sentimental hacía tiempo con la víctima, ha indicado que no la agredió sexualmente. La autopsia que se le está realizando hoy en el Instituto Anatómico Forense será la que determine finalmente este extremo.
Por otro lado, las mismas fuentes han señalado a Europa Press que el crimen está ya casi esclarecido tras haber desmontado los agentes la primera coartada del detenido en su primera declaración, su posterior confesión y el hallazgo del cadáver. Sin embargo, un equipo de agentes se encuentra este jueves en la cantera donde se encontró a la adolescente realizando un peritaje por si hallan más pruebas.
Así que, a no ser que allí encuentren huellas que impliquen a más personas en los hechos, la Guardia Civil no busca a día de hoy a posibles cómplices del asesinato de Avellaneda. Según las pesquisas, el asesino contactó con la víctima por móvil el viernes, luego fue a buscarla de madrugada al bar donde trabajaba con sus padres. Ella accedió voluntariamente a subirse en su coche y fueron juntos hacia la cantera, donde presuntamente se desencadenaron los hechos.
La autopsia también tendrá que determinar si la menor murió de un traumatismo craneoencefálico severo –provocado previsiblemente por piedras de la propia cantera– o por otras heridas. El cuerpo fue hallado ensangrentado con un fuerte golpe en la cabeza. El detenido, Joaquín, colombiano de 22 años, pasará en breve a disposición judicial.
Estrella Digital/EP