ETA tiene dinero para mantenerse entre dos y tres años en la actual situación, según estiman las fuerzas de seguridad, que atribuyen esta capacidad económica de la banda a cuantiosas aportaciones recibidas por varias grandes empresas antes de que los terroristas declarasen su alto el fuego «general» con el que pusieron fin al cobro del llamado ‘impuesto revolucionario’, la principal fuente de financiación de la organización criminal.
Según han informado a Europa Press expertos de la lucha antiterrorista, sólo uno de los pagos efectuados en los últimos años por una de estas grandes firmas ya supuso hasta el 20 por ciento de lo que necesita ETA para mantenerse durante un año.
Hubo fases en las que la gran operatividad de la banda y su amplia red de ‘comandos’ precisaban una cifra cercana a los cinco millones de euros al año, pero en su última fase, con una estructura menos numerosa y activa, se mantenía con cerca de dos millones de euros por ejercicio. La previsión es que esa cantidad se ha reducido ahora aproximadamente a la mitad tras el cese definitivo de la violencia.
Fin de la extorsión a los empresarios
Fue el pasado mes de abril cuando los terroristas remitieron una carta a la Confederación de Empresarios de Navarra (CEN) para comunicar que cancelaban la extorsión a los empresarios en el marco del alto al fuego decretado en enero.
De este modo, estas mismas fuentes concluyen que los terroristas tienen en su poder actualmente una cantidad que rondaría los tres millones de euros repartidos por varios puntos de la geografía francesa para evitar que una operación policial, supusiera un golpe irreversible a las arcas de la organización.
El último golpe de consideración contra la tesorería de la banda se produjo con la detención de Jone Lozano el pasado 21 de marzo. Esta joven terrorista de 24 años llevaba en su poder un sobre con dinero en metálico.
Según fuentes de la lucha antiterrorista, sobre el paquete había apuntada la cifra de 48.000 euros, pero tras hacer un recuento oficial, las Fuerzas de Seguridad comprobaron que en realidad la cantidad incautada a la banda era de 54.000 euros, probablemente procedentes de la extorsión.
En junio fue detenido en Chamberry (Francia), Iñaki Domínguez Atxalandabaso. Además de numeroso material para fabricar explosivos, portaba 2.000 euros y 500 dólares. Antes de eso, el 12 de julio fueron hallados en el país galo hasta tres zulos de la banda en los que se encontraron un total de 20.000 dólares.
Otros 4.000 euros fueron aprehendidos en el caserío de Legorreta (Guipúzcoa) descubierto en abril en el que la banda almacenaba cerca de una tonelada de explosivo. Las fuentes consultadas advierten de que ETA podría tener una parte considerable de su dinero escondido en zulos y otros escondites.
Repartidos en zulos
En los depósitos donde ETA esconde dinero suele haber siempre una libreta en la que los etarras que acceden al zulo deben especificar la cantidad de dinero retirado y la fecha para llevar el control de las cuentas. Esta pista sirve también a las fuerzas de seguridad para saber si el zulo ha sido visitado recientemente o es viejo. También se ha dado el caso de zulos que han sido abandonados por ETA al temer que eran controlados por las fuerzas de seguridad.
El principal objetivo de los algo más de 50 etarras que permanecen escondidos en Francia es sobrevivir en la clandestinidad. Esa es la motivación de la mayoría de los movimientos que se han detectado en Francia en los últimos meses, incluyendo el robo de coches que se mantiene aunque con menos intensidad, material para falsificar documentos o placas de matrículas.
Las fuentes consultadas indican que los terroristas practican más de un robo de vehículo al mes y después permanecen una temporada sin sustraer más. Precisan que no se trata de una actividad regular, sino en función de sus necesidades concretas en cada momento. En este presupuesto se incluyen también los desplazamientos, los cambios de domicilio o los gastos del día a día.