lunes, noviembre 25, 2024
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Camps en las conversaciones con ‘El Bigotes’: «Amiguito del alma»

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El expresidente de la Generalitat Francisco Camps ha afirmado en su declaración ante un jurado popular dentro de la conocida como ‘causa de los trajes’ del ‘caso Gürtel’ que pagó «todos» sus trajes, que nunca pedía ticket, «ni en restaurantes ni a los taxistas», y que desde que fue nombrado presidente, en el año 2003, devolvía todos aquellos regalos que pasaban de un determinado valor, incluidos los de Álvaro Pérez, conocido como ‘El Bigotes’ y responsable de una de las empresas investigadas en la trama. Por este motivo, ha asegurado que no entendía lo que había pasado en estos casi tres años de instrucción, en los que ha sufrido «muchas tristezas personales».

El expresidente de la Generalitat ha asegurado en su primera declaración en el juicio que se sigue contra él por un delito de cohecho en la ‘causa de los trajes’ derivada del ‘caso Gürtel’, que su relación con el responsable de Orange Market, Álvaro Pérez ‘El Bigotes’, era «cordial» y «estrictamente» relacionada con actos del PP.

«Amiguito del alma»

Los seis hombres y tres mujeres que conforman el jurado popular que juzga al expresidente de la Generalitat valenciana Francisco Camps, acusado de un delito de cohecho imprompio, han podido escuchar en la sala, junto con el resto del público y medios de comunicación, la grabación telefónica entre Álvaro Pérez ‘El Bigotes’ y el exjefe del Consejo valenciano, en la que éste se dirigía al responsable de la empresa Orange Market como «amiguito del alma’.

Camps, que ha prestado declaración acompañado de varios papeles, con una actitud tranquila, ha dedicado también parte de su intervención a aclarar la relación que ha mantenido con Álvaro Pérez, uno de los presuntos cabecillas de la trama Gürtel y responsable de la empresa Orange Market. Ha indicado que lo conoce desde el año 2002 y ha explicado que se puso en contacto con él porque quería que le diseñara y organizara el acto en el que se iba a proclamar presidente de la Generalitat en 2003.

Ha señalado que a partir de ese momento, trabajaron juntos hasta el año 2008 para organizar todo tipo de actos en campaña y precampaña, entre otros. Así, su relación con él se limitó a actos del partido, y no a actividades vinculadas a la Administración pública. También ha señalado que no conocía la empresa Orange Market, puesto que se relacionaba directamente con Pérez, porque «él se encargaba de hacer los actos», ha dicho.

Otra parte del interrogatorio se ha centrado en los trajes que encargó y que recibió de la presunta trama. Camps ha afirmado que de la tienda Milano recibió a partir de la primavera de 2006 un total de cuatro trajes a su domicilio, que le remitió el sastre José Tomás -testigo en la causa–, pero que tras probárselos y ver que no le venían, decidió ir a devolvérselos. En concreto, se los entregó su chófer en uno de los viajes que realizó a Madrid. «Y se acabó Milano para siempre», ha sentenciado.

«Uno tiene el sueldo que tiene e intenta ajustarse»

Hasta entonces, él ha dicho que solía comprarse todos los años uno o dos trajes de chaqueta en El Corte Inglés, y que costaban el doble de lo que iba a pagar por unos parecidos en Milano. Por este motivo le indicó a Tomás que iba a adquirir diversos trajes. «Uno tiene el sueldo que tiene e intenta ajustarse económicamente lo que puede», ha aclarado en este punto.

Tras devolver los trajes en Milano, Camps ha narrado que recibió una llamada del sastre y le comentó que desde ese momento iba a trabajar en otra tienda, Forever Young, y le invitó a conocerla para hacerle otros trajes. «Le hacía mucha ilusión que fuera y me aseguró que me dejaba los trajes a la mitad de los que compraba en El Corte Inglés». Entonces, en otro viaje se pasó por allí, y encargó dos trajes que retiró a principios de 2007. Luego encargó otro traje que recogió en marzo y también se compró un par de zapatos, que se le estropearon el primer día de ponérselos. Y todo lo pagó, según ha dicho. También ha comentado que «los conciudadanos querrán que vaya bien vestido, supongo», en referencia al motivo por el que se compra los trajes de chaqueta.

Allí también decidió adquirir en 2008 otro traje y una ‘blazier’ por 150 euros, tras consultárselo a su mujer, y como no llevaba dinero en efectivo, ha indicado que su escolta le dejó dinero para abonarlo. Un dinero que luego le devolvió, ha querido puntualizar. Sobre todos estos artículos ha comentado que no le dieron tickets ni recibos. «Habitualmente nunca pido tickets, ni cuando cojo taxis ni cuando voy a restaurantes, por dos razones elementales: porque responde a una desgravación de tipo fiscal, o porque significa que la persona cobra dietas. Y ninguno era mi caso», ha apostillado.

«A mí nadie me ha pedido las cuentas»

Camps, que ha señalado que como patrimonio tiene un piso que comparte con su mujer y un coche del año 95 que «ya no va», ha indicado que recibió diversos regalos de Álvaro Pérez en las navidades de 2008, tanto para él como para su familia. Tras abrirlos, decidió llamarle, agradecerle el gesto y le comunicó que iba a devolvérselos, que no podía aceptarlos. También habló con el empresario su mujer, quien le dijo que se los iban a devolver porque se había pasado. La fiscal ha pedido al magistrado que se escuchara esta conversación, pero lo ha declinado hasta el turno de la documental.

Cuando ha llegado el turno de preguntas de la acusación popular (PSPV), Camps se ha negado a contestarle porque ha dicho que venía a que se haga justicia «y no a hacer política», y ha recordado que llevaba tres años contestando al PSPV en el parlamento valenciano, por lo que ha mostrado su voluntad de no contestar «a quien representa una parte estrictamente política», ha dicho.

Finalmente ha llegado el turno de su abogado, Javier Boix, a quien ha aclarado algunos aspectos de su declaración a la fiscal. Lo primero que le ha comentado es que «de normal, cuando alguien persigue a otro por corrupto, lo que hace es pedirle las cuentas» y, en este caso, nadie, «ni la fiscalía, que es la máxima responsable de lo que está pasando hoy aquí, me las ha pedido». «Nadie me ha pedido mi patrimonio ni mis cuentas corrientes porque ahí hay normalidad y transparencia a lo largo de estos años», ha dicho.

Asimismo, ante la pregunta de si tenía influencia -como presidente de la Generalitat– para la adjudicación de concursos o para resolver contratos, ha respondido que «no, imposible». Y en este punto se ha dirigido a Climent para decir que él es un «testigo de excepción» de esta afirmación porque trabajó en Presidencia como asesor de Joan Lerma en los años 80. «Así que sabe -mirando al magistrado– que Presidencia no tiene capacidad alguna para adjudicar nada». «Los presidentes no podemos dar indicaciones», ha agregado». En este momento, Climent le ha recordado que la pregunta era si tenía facultades de adjudicación, y que todo lo demás era una «opinión», y que las leyes de contratación desde los años 80 han cambiado «bastante».

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