El internauta que se enfrenta a un año y medio de cárcel por escribir en Tuenti varios comentarios en los que mostraba su alegría por el asesinato de los guardias civiles Carlos Sáez de Tejada y Diego Salvá Lezaún, que se produjo el 30 de julio de 2009 en Palma de Mallorca, ha defendido durante el juicio el carácter «privado» de la red social.
Alberto Ortega Rivas, que utilizaba el sobrenombre de ‘Alberto Asturias Dixebra’, está acusado de un delito de menosprecio o humillación a las víctimas del terrorismo por compartir con el usuario ‘Gora Euskal Herria’, que no ha podido ser identificado, un mensaje privado y otros cuatro públicos en los que mostraba su satisfacción por el atentado terrorista. «Esos las buscan y los ‘picolos’ vuelan, jajaja», decía en una comunicación realizada el día del atentado. «¿A la cárcel? Mejor volar como los picolos de Mallorca», añadía después.
Todos los comentarios fueron publicados hasta el 20 de agosto de ese año. En una fotografía en la que aparecían varios ertzainas apagando un incendio escribió: «Una pena que no ardiesen ellos». Sobre otros agentes de la policía autónoma vasca añadía: «A ver si acaben como los picolos d mallorca. Puxa Euskal Herria Llibre y Socialista, Que siga la llucha (sic)». «Estoy contigo Alberto, un tiro en la nuca y adiós», le respondió su amigo. «Claro que a todos. Sean zipaios, picolos, munipas o policía española», añadió el acusado.
El acusado, que tenía sus contenidos visibles en la red para sus 584 amigos y los contactos de estos, ha asegurado no «tener ni idea» de quién escribió los mensajes y ha apuntado que «no se explica» cómo pudieron ser enviados desde una dirección IP que coincidía con la del ordenador de la casa de sus padres, en el barrio de San Andrés de los Tacones de Gijón (Asturias).
Durante el juicio, que ha quedado visto para sentencia, ha defendido que su ordenador no tenía clave de acceso, en contra de lo manifestado por dos peritos de la Guardia Civil que han comparecido durante la vista oral, y que antes de que se produjeran los hechos habría sufrido el ataque de «virus y gusanos informáticos».
La fiscal Ana Noé ha solicitado una sentencia condenatoria al considerar que los hechos están «perfectamente acreditados» y que el delito se cometió a partir de «mensajes públicos en la red social» que fueron denunciados por los propios usuarios de Tuenti. «La causa se inició por la denuncia de un usuario, fue recogida por la compañía y existen mensajes de repulsa que se generaron entre las personas que tenían acceso a los contenidos», ha apuntado antes de recalcar el carácter «despectivo» del término ‘picolo’.
«Medio de expresión pública»
Tras sostener que las redes sociales son «medios de expresión y difusión pública» ha recalcado que el número de personas que acceden a los comentarios no determinan su contenido delictivo. «Nadie pregunta cuántas personas han comprado un periódico o un disco que contiene una canción en la que se hieren los sentimientos de las víctimas del terrorismo», ha señalado la fiscal.
La defensa de Ortega Rivas, por su parte, ha sostenido que la investigación no ha podido demostrar que los mensajes fueran escritos por su cliente, ya que su ordenador podría haber sido «manipulado» por «instrumentos remotos». Aun así, ha añadido que los mensajes se difundieron en «el contexto de una conversación privada» y en «un círculo reservado de amigos».
En la vista oral también han comparecido varios agentes del instituto armado que han detallado que 135 mensajes vertidos por el usuario investigado fueron realizados desde el domicilio del acusado, que también colgó en la red archivos como imágenes de miembros de la banda terrorista ETA y su entorno.
Tras ser denunciado por la propia compañía Tuenti Technologies, el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu pidió a dos compañías proveedoras de internet que facilitaran las direcciones IP de los usuarios, aunque sólo fue posible determinar la de Alberto y no la del internauta que utilizaba el nombre de ‘Gora Euskal Herria».