La presidenta de la Federación de Asociaciones de Mujeres Progresistas (FMP), Yolanda Besteiro, y la presidenta de la Federación de Asociaciones de Mujeres Separadas y Divorciadas, Ana María del Campo, han pedido a la ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato, que no vuelva a utilizar el concepto de «violencia en el entorno familiar» como sinónimo de «violencia de género» porque, en su opinión, así se oculta su motivación y se confunde a la sociedad.
En declaraciones a Europa Press, Besteiro ha incidido en que ambos conceptos «no son equivalentes» y ha recordado que la violencia de género se sustenta en una «cierta superioridad» del hombre respecto de la mujer y «no va a desaparecer hasta que se sustituya este paradigma por uno de igualdad». Por eso, en su opinión, «si se le llama violencia familiar no se va luchar por abolir este modelo de desigualdad» y, en consecuencia, no se va a erradicar la violencia.
Además, ha indicado que si se denomina violencia doméstica se «corre el peligro de no identificar por qué existe, errar en el diagnóstico y, por tanto, en las medidas que deben adoptarse» y ha destacado que «se lanza un mensaje muy confuso para las víctimas y de aliento y comprensión para los maltratadores, suprimiendo el rechazo social al maltratador que se desprende del propio concepto de la violencia de género».
Por otra parte, ha advertido de que con este tipo de discurso «se pueden tirar a la basura» todas las medidas adoptadas en materia de concienciación, medidas contempladas en la Ley de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género que, tal y como ha recordado, el Partido Popular votó en el Congreso de los Diputados. «La apoyó y ahora resulta incomprensible que quiera cambiarla. Es un referente mundial y se está utilizando como máxima aspiración en muchos países, también de nuestro entorno», ha destacado.
«Error y no tendencia»
«Esperemos que haya sido un error y no una tendencia y que se corrija, porque tiene gran importancia no ya para todo el país pero muy especialmente para más de la mitad de la población», ha añadido Besteiro, que en este punto coincide con Ana María del Campo, quien espera que el comunicado del Ministerio de Sanidad haya sido «un lapsus».
«Espero que la ministra haya tenido un lapsus o haya tenido un resbalón legal, porque es absolutamente importante llamar a las cosas por su nombre ya que de otra forma no llegamos al origen y si no llegamos al origen, si lo confundimos, no acabamos con ello», ha señalado la representante de la Federación de Mujeres Separadas y Divorciadas.
Del Campo ha puesto como ejemplo la lucha contra ETA de la importancia de llamar a las cosas por su nombre. «Cuando (la banda) estaba funcionando no se les ocurría decir que sus actuaciones eran violencia del nacionalismo o del independentismo, lo llamaban terrorismo porque así lo era. Con la violencia de género es igual: desde el año 68 han muerto 8.050 mujeres asesinadas», ha destacado.
A su juicio, «es vergonzoso que en un estado democrático se anden con estas equivocaciones» ya que «todo lo que sea hablar de violencia en el entorno familiar o violencia doméstica es confundir o minimizar el origen de la violencia de género». Además, ha criticado el «flaco favor» que en su opinión se hace a la familia al asociarle la violencia del hombre sobre la mujer.