lunes, noviembre 25, 2024
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Granados se trabaja la Delegación del Gobierno en Madrid

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Hay quienes no se conforman con su destino y buscan resquicios por donde colarse para volver a la pomada política. Es el caso de Francisco Granados que se sigue moviendo entre los amigos que le quedan en Génova para lograr una ambición surgida cuando se quedó sin despacho: ser Delegado del Gobierno en Madrid. Y el caso, también, de Esperanza Aguirre en esa obsesión enfermiza de ansiar todo el poder.

En estas intentonas, Granados está utilizando algunos de sus contactos en el sector del alto empresariado de la región, muy bien relacionados con el PP, para que le ayuden a la recolocación. Aguirre no anda muy lejos.

Nos cuentan fuentes bien informadas que el despido de la secretaría general del Partido Popular regional, fue una treta ante la previsible victoria de Mariano Rajoy y el temor a no poder colocar a nadie de su confianza en el nuevo ejecutivo debido al progresivo distanciamiento entre ambos. La presidenta, sabedora de que iba a perder el control de Madrid le habría pedido a Granados el sacrificio de inmolarse políticamente ante los ojos de la directiva nacional del partido. El objetivo era ganarse la confianza de Génova al verlo como la última víctima de Aguirre, expulsado del paraíso y de su diestra.

Casi lo han logrado y son muchos los que se lo han creído. Otros, en cambio, no se han dejado engañar y han adivinado las verdaderas intenciones de la presidenta madrileña: controlar la región también desde la Delegación del Gobierno y abducir en un futuro a corto plazo a Ana Botella, de quien, según nos cuentan, no tiene, precisamente, una alta consideración política ni intelectual. De consumarse este juego conspirativo, Aguirre lo tendría todo bajo su manto: el partido, el ayuntamiento de la capital y la región en todos sus ámbitos políticos.

Nuestras fuentes afirman con rotundidad que en esa estrategia también está, como para perdérselo él, el vicepresidente Ignacio González. Nos cuentan que la escenificación de odio latente entre ambos en el momento del relevo, solo fue una obra de teatro dirigida por Esperanza Aguirre. Nos cuentan también que Granados y González se ven periódicamente.

¿Qué raro, verdad?

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