El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha asegurado que existen «movimientos y actividades» en ETA destinados a «mantener una estructura larvada en la clandestinidad» y que la banda dispone de armamento y explosivos. Además, ha asegurado que, cuando ETA deje de existir, los presos de la banda podrán acogerse a los beneficios penitenciarios.
Al término del encuentro mantenido este martes con el consejero vasco de Interior, Rodolfo Ares, en el Palacio de Artaza de Leioa (Bizkaia), Fernández Díaz ha destacado que a ambos mandatarios les une «el objetivo de ser eficaces en la lucha contra los violentos y los terroristas» desde la lealtad institucional. «El Gobierno de España y el Gobierno vasco vamos a ser un solo brazo en esa lucha», ha aseverado.
A su juicio, «es evidente que ETA ha tomado la decisión del 20 de octubre» de abandonar la actividad armada, «no por convicción democrática, ética y moral», si no por «táctica», porque el Estado de Derecho ha conseguido que la capacidad operativa de la banda quedara «diezmada». «El Estado de derecho ha vencido», ha asegurado.
No obstante, ha recordado que la organización terrorista «no ha desaparecido» porque «hay determinados movimientos e iniciativas que tienen como objetivo mantener una estructura larvada en la clandestinidad».
«Si fuera absolutamente clara, rotunda, sincera e irreversible la decisión de dejar de actuar, parece razonable que a esa decisión, si quiere usted pasado un tiempo prudencial, le acompañe la decisión de la desaparición», ha manifestado.
En su opinión, «no tiene sentido que una organización diga que deja definitivamente de actuar y que siga subsistiendo». «Nuestra obligación es seguir vigilantes», ha indicado.
En su primera visita al País Vasco como ministro del Interior, éste ha lanzado un mensaje «para la esperanza» respecto a la desaparición de ETA y el fin de la amenaza terrorista.
«Si actuamos con inteligencia, firmeza, sentido común, con lealtad institucional, si mantenemos la unidad el Gobierno de España y el Gobierno vasco, y los partidos democráticos, la sociedad va a ganar esta batalla. Y estamos convencidos de que lo vamos a conseguir», ha dicho.
Fernández ha considerado que, para lograr «ese tiempo nuevo» sin ETA, hay que actuar «con inteligencia, prudencia, firmeza y, a veces, con discreción». «ETA no se ha disuelto y nosotros tenemos muy buena información. Me quedo ahí. Afortunadamente, tenemos una cooperación con Francia extraordinaria y unos servicios de información y de inteligencia magníficos», ha aseverado.
Armas y explosivos
De esta forma, ha explicado que el Ejecutivo de Rajoy «sabe perfectamente cuál es la situación». «En la medida en que (ETA) no se ha disuelto, hay personas que pertenecen a esta organización que están en la clandestinidad y mantener una estructura en la clandestinidad implica movimientos, tienen armamento, material de diferente tipo, armas, explosivos. Nosotros lo sabemos perfectamente», ha apuntado.
El ministro ha manifestado que, si la banda afirma que ha dejado definitivamente las armas «y no dice, a continuación, que ha dejado de existir, razonablemente uno puede pensar que aquí hay una contradicción». «de esa contradicción nosotros tomamos muy buena nota, y si ETA sigue existiendo, el Estado sigue actuando», ha apuntado.
Tras insistir en que no entrará en «juicios de intenciones» sobre lo que quiere ETA, ha destacado que constata «que hay una organización terrorista que no se ha disuelto, hay unas personas con órdenes de busca y captura por parte de las autoridades judiciales y es obligación de un Estado de Derecho actuar».
Jorge Fernández ha manifestado que la hoja de ruta del Gobierno es el cumplimiento de la Ley y ha precisado que el Estado de Derecho no está en tregua, por lo que «todo miembro de ETA, tenga o no orden de busca y captura», será puesto a disposición judicial.
Extorsión
El ministro de Interior ha rechazado que haya hablado, «en ningún momento», de que exista extorsión a empresarios por parte de ETA, sino que se ha referido a la existencia de «cuestaciones navideñas» de este entorno y, mientras ETA exista, «esas peticiones no son respondidas desde la libertad». «El hábito no hace al monje, pero ayuda a identificarlo», ha añadido.
Sobre este asunto, Rodolfo Ares ha señalado que el chantaje o la extorsión a los empresarios por parte de ETA no existe, «otra cosa es que pueda haber, puntualmente, en algunas partes de Euskadi, gente que pida dinero para apoyar al colectivo de presos», actividad que ha dicho «repudiar» y ha precisado que no hay ninguna denuncia en este sentido.
Ajuste en medidas de protección
En cuanto a los «ajustes» que puedan producirse en las medidas de protección a amenazados, Jorge Fernández ha señalado que, «en estos momentos, ETA ha dicho que deja definitivamente de actuar», y los Gobiernos central y vascos no cejarán en su empeño «hasta que deje de existir».
A su entender, el hecho de que la banda ha dejado de actuar «es una realidad» y a esta situación se le añade «otra, que es que el Gobierno de España está sometido a unas limitaciones presupuestarias extraordinarias».
«La conjunción de esas dos realidades nos llevan a que, efectivamente, es razonable que racionalicemos los recursos que tenemos destinados a la protección de personas en un momento en el que esa amenaza ha disminuido», ha apuntado. En este sentido, ha apostado por abordar esta cuestión «con prudencia, discreción y un trato personalizado».
En este contexto, Rodolfo Ares ha precisado que ETA «no se ha disuelto, no ha desaparecido», y por ello, los dos Gobiernos «seguirán trabajando para conseguir lo antes posible que ETA anuncie que se disuelve, sin ninguna contraprestación».
«Como no ha desaparecido y como es una organización clandestina, sigue desarrollando algunas acciones para mantenerse en la clandestinidad. Ahora bien, no hay en estos momentos ninguna información que lleve a pensar que hay una decisión de volver a desarrollar actividades terroristas: atentados o amenazas contra las personas», ha apuntado.
En este sentido, ha precisado que, «como esa situación no existe», y, «con prudencia, flexibilidad y teniendo en cuenta los informes policiales, y el estado de ánimo y la situación en la que vive cada una de las personas rotegidas», se plantean realizar «ajustes que siempre pueden ser reversibles, si fuera necesario».
Política penitenciaria
Ares ha trasladado a Jorge Fernández que el Gobierno vasco cree que, en «la nueva situación», sería bueno acordar una política penitenciaria más dinámica y flexible», con la que se vaya «acercando presos a Euskadi» y excarcelando presos enfermos, aunque ha rechazado, al igual que el ministro, cualquier tipo de amnistía o medidas colectivas.
Fernández Díaz ha asegurado que «el mayor enemigo de los presos de ETA es ETA» porque los reclusos «no tienen libertad para acogerse a los beneficios penitenciarios que la Ley establece». «Si ETA no sólo deja de actuar, sino también de existir, los presos de ETA serán libres de poderse acoger a la legislación penitenciaria y a los generosísimos beneficios penitenciarios», ha apuntado.
Asimismo, ha añadido que, si los reclusos «tuvieran esa libertad, muchos presos de ETA podrían acogerse, en el ámbito de la ley, a esos beneficios». «En el marco de la Ley hay un margen de discrecionalidad, no de arbitrariedad, y es evidente que la aplicación de la Ley, con ETA o no existiendo, puede ser perfectamente distinta, respetando la Ley y sin salirse de la Ley», ha remarcado.
Por ello, ha señalado que «el día que ETA desaparezca los presos podrán acogerse a los beneficios penitenciarios que la Ley prevé» y el Gobierno podrá actuar «con inteligencia y aplicando» la legislación.+