lunes, noviembre 25, 2024
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Zapatero pide para el nuevo líder el «mismo apoyo» que le dieron a él

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Recibiendo un aplauso larguísimo, y emotivo: así es como ha terminado Jose Luiz Rodríguez Zapatero su último discurso como secretario general del PSOE y como político en activo. Era de esperar que, en un momento como éste, -si dejamos de lado la rivalidad entre los precandidatos-, el partido se convirtiera en Fuenteovejuna para arropar al que ha sido su líder en los últimos once años y medio y que aún no es historia.

Despedidas aparte, Zapatero no se ha mojado en la elección de su sucesor o sucesora al frente del partido. Haciendo gala de la neutralidad que siempre ha dicho mantener, el actual secretario general ha pedido al partido que, «salga quien salga», le den el «mismo apoyo» que le dieron a él porque «el mío fue amplio y generoso». Zapatero se ha cuidado mucho de no dejar entrever sus preferencias (aunque en los mentideros del PSOE se da por hecho que apoya a Carme Chacón) y ha señalado que, tras el resultado, «al día siguiente, todos detrás de él».

Emocionado, el expresidente del Gobierno ha agradecido el respaldo y señalaba que el partido «siempre» podrá contar con su ayuda. Zapatero no ha querido dar nombres, pero ha resaltado la figura de José Bono porque, según sus propias palabras, simboliza «lealtad, afecto y amistad».

Objetivos: «Evitar la intervención de España y mantener la cohesión social»

En su discurso, de más de una hora de duración, Zapatero ha hecho autocrítica. Sin rodeos. Las estrepitosas derrotas del PSOE en los comicios autonómicos y municipales de mayo y en las Generales le han llevado a hacer una reflexión «responsable, necesaria y serena». Lo primero que ha señalado es que reconoció la crisis «demasiado tarde», para después enumerar las «debilidades» de España ante la coyuntura. Debilidades que pasan por el «excesivo endeudamiento privado», una economía que no cambió el modelo de productividad y que hizo de la construcción «su motor».

Estos fallos, unidos a la crisis financiera y sus efectos, lo llevaron, en mayo de 2010, a anunciar medidas que no gustaron a nadie y Zapatero ha señalado que fue «muy consciente» de ello. Pero lo hizo persiguiendo dos objetivos: Evitar la intervención y el colapso financiero, y mantener la cohesión social «al máximo». «A pesar de lo que se ha dicho del traspaso del poderes al PP, la educación, la sanidad, las pensiones y la dependencia estaban intactas», ha asegurado el todavía secretario general de los socialistas. Frase que le ha valido el aplauso del auditorio.

No obstante, para Zapatero, «los ciudadanos decidieron que no supimos responder a la crisis» y votaron un cambio de Gobierno. «Es la democracia», ha dicho. «Nosotros asumimos los fallos con todas las consecuencias». Por eso, ha pedido al PSOE que, ahora, en la opsosición, tenga «sentido de Estado» porque los socialistas no tienen como objetivo «derrocar» al PP, «sino a la crisis, al desempleo».

Educación para la ciudadanía y Ley del aborto

José Luis Rodríguez Zapatero también ha realizado un repaso a los logros conseguidos en sus casi ocho años al frente del Gobierno. Aparte de la lucha por la cohesión social y garantizar la sanidad, la educación y los servicios públicos porque son «la esencia de la socialdemocracia», ha enumerado» la extensión de derechos y libertades individuales» que ha llevado a cabo: Ley contra la Violencia de Género, reconocimiento de la lengua de signos, Ley de derechos de los ciudadanos en el exterior, Ley del matrimonio homosexual, Educación para la Ciudadanía y Ley del Aborto, entre otras.

Dos días después de saber que el nuevo ministro, José Ignacio Wert, cambiará la asignatura Educación para la Ciudadanía por «adoctrinar» a los alumnos, el que fuera responsable del Ejecutivo que aprobó esa materia «ha lamentado profundamente» el cambio por parte de quienes «ni siquiera se han aproximado al texto».

Críticas también para la anunciada modificación de la Ley del aborto. Zapatero ha defendido su norma de plazos porque «trataba de derogar la situación de hipocresía y falsedad» que se daba con la anterior. Por eso, ha reclamado «un tiempo de reflexión» para ver los resultados de la actual ley y también «diálogo».

Búsqueda de la paz

Emocionado también se ha visto a Zapatero al hablar de ETA y recordar la figura de Isaías Carrasco. Concejal socaialista de Mondragón que fue asesinado por la banda terrorista el último día de la campaña electoral de 2008. El expresidente ha levantado la voz para decir: «Tenemos que sentirnos satisfechos», en referencia al fin de la violencia etarra. «Como jefe del Ejecutivo, he apoyado permanentemente a todos los que de una manera u otra han buscado la paz».

El fin de ETA ha sido el último tema que ha mencionado el todavía líder socialista antes de pedir a los suyos que apoyen sin fisuras a quien salga elegido secretario general en Sevilla. Pero la cosa no termina con el último discurso de Zapatero en activo. Más bien empieza. Quedan todavía unas horas hasta el mediodía de mañana. Los precandidatos y sus equipos se afanan por arañar delegados en la que será una votación decisiva y crucial para el partido que, hasta el momento actual, ha gobernado más tiempo en nuestro país.

Tanto es así, que el Gobierno de Rajoy está esperando conocer el nombre del nuevo secretario. Lo reclaman «urgentemente», según ha dicho este viernes la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría,  ya que «existe una agenda clara y de cierta urgencia en ciertos asuntos». El presidente, Mariano Rajoy, quiere reunirse de forma «inmediata» con el nuevo jefe de la oposición. Pero antes, aquí, en Sevilla, este sábado, se vota a ese nuevo jefe y será entonces, cuando conozcamos el nombre del líder, cuando Zapatero sí será historia.

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