Así reza el currículum del secretario de Estado de la Seguridad Social, Tomás Burgos, que está publicado en la web de La Moncloa: «D. Tomás Burgos Gallego, nacido el 21 de abril de 1962 en Valladolid, es médico y experto en gestión sanitaria». Sin embargo, la biografía de este castellanoleonés que incluye la página web del Ministerio de Empleo y Seguridad Social es menos concreto: «Formación universitaria en Medicina por la Universidad de Valladolid”. Por lo tanto, ¿es médico o no? Esta es la pregunta que este domingo contestaba el diario El País con un rotundo: «No, no lo es».
Según fuentes consultadas por este periódico, Burgos cursó estudios de Medicina en la Universidad de Valladolid -no especificó cuántos cursos- pero nunca los concluyó. Lo cierto es que no es necesario ser médico para estar al frente de la Secretaría de Estado de la Seguridad Social, se trata de un cargo político. Ahí está lo grave del asunto. Entonces, ¿qué pretendían exagerando su currículum?, ¿quién es el responsable de la elaboración de este texto? Desde Moncloa se cubren las espaldas y aseguran que los funcionarios de la Secretaría de Estado de Comunicación confeccionaron esta información a partir de los datos facilitados por el ministerio que propone el nombramiento.
El caso es que La Moncloa no ha sido la única institución que se ha dejado guiar por esta falsa información, el Congreso de los Diputados pocas comprobaciones también hizo al respecto. La página web del Parlamento dice sobre la formación de Burgos: «Medicina y Cirugía. Universidad de Valladolid». Cualquier ciudadano que consulte esta escueta información puede pensar rápidamente que se trata de un médico, confusión que el mismo secretario de Estado nunca se ha prestado a aclarar.
Menos mal que el Congreso de los Diputados ha cometido un error y ha mantenido en la web del Parlamento el currículum de Burgos que figuraba en la anterior legislatura (2008-2011), en la que se le definía como “diplomado en Dirección de Instituciones Sanitarias. Máster Ejecutivo en Gestión Sanitaria”. Ni una palabra de medicina o cirugía.
Redacción Estrella Digital