El déficit público, los próximos Presupuestos Generales del Estado y la reforma laboral protagonizan la nueva Sesión de Control al Gobierno. Tras una semana de descanso, los grupos parlamentarios han llegado este miércoles al Parlamento español con ganas de hacer al Gobierno un examen sobre los próximos presupuestos y sobre las medidas que el Ejecutivo tiene pensado llevar a cabo para reducir el déficit. Preocupaciones que han sido puestas de manifiesto por la gran mayoría de los parlamentarios, a excepción del secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, que se ha vuelto a mostrar disconforme por la nueva reforma laboral y la falta de diálogo social.
¿Cree usted razonable cambiar radicalmente las relaciones laborales sin hablar con los sindicatos? Ésta ha sido la primera pregunta que Rubalcaba ha hecho al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, quien ha respondido haciendo un recorrido por su labor y la de su Ejecutivo al respecto. «No sé si ha estado atento a los últimos acontecimientos», le ha espetado el ‘popular’ al socialista al inicio de su intervención. Tras este toque de atención, el líder del Ejecutivo ha comenzado a relatar su relación con los sindicatos. «Tras ganar las elecciones, lo primero que hice fue reunirme con los agentes sociales y pedirles que llegaran a un acuerdo lo antes posible. Además, la ministra de Empleo, Fátima Báñez, no ha hecho otra cosa que estar en constante contacto con ellos», ha recordado el presidente, que ha concluido admitiendo que el final, tras alcanzar un acuerdo de mínimos entre sindicatos y patronal, no le quedó más remedio que gobernar y dar una solución lo más rápido posible al mercado laboral, que reclamaba urgencia. Con este panorama, aprobó una reforma laboral, que Rajoy ha vuelto a calificar de «buena» para España y «necesaria» para mejorar la situación española.
La respuesta no le ha debido de gustar mucho al líder de la oposición, que en su segundo turno ha vuelto a insistir en la misma cuestión. «Es verdad que se reunió con ellos y que al final hubo un diálogo fructífero», ha reconocido Rubalcaba, «pero a partir de ahí desapareció», le ha reprochado. «No hubo diálogo sobre la reforma, ni en la forma ni en el fondo», ha recordado el socialista, que también ha aprovechado su intervención para insistir en que la nueva normativa es «desequilibrada» y que obligará a los ciudadanos a elegir entre «derechos o empleo». «A corto plazo creará más despidos y más recesión, y a largo plazo, cuando la economía crezca, generará empleo de mala calidad», ha zanjado el secretario general de los socialistas.
Una acusación que ha colmado la paciencia del presidente, que al final ya se ha tenido que poner a la defensiva. «No puede hablar de acuerdo y de diálogo con los sindicatos, porque el Gobierno en el que usted participó hizo lo mismo», le ha espetado Rajoy a Rubalcaba. El presidente del Gobierno ha recordado al partido de la oposición que la última reforma laboral que elaboró el PSOE le costó una huelga general. «No puede ser que cuando lo hicieron ustedes estuvo bien, y ahora que lo hacemos nosotros está mal», ha dicho el líder del Ejecutivo, que irónicamente ha lamentado: «Si por lo menos hubiera merecido la pena…». «No me critique por gobernar. Me encontré con una situación que tuve que corregir», ha concluido Mariano Rajoy.
Unos presupuestos «realistas» pero que creen empleo
La preocupación de IU en el Congreso este miércoles han sido los presupuestos, y la capacidad que demostrará el Gobierno para elaborar unas cuentas justas y equilibradas. «Queremos ser realistas y elaborar unos presupuestos que no se queden en papel mojado», le ha contestado Rajoy al coordinador general del IU, Cayo Lara. El crecimiento negativo y la ausencia de ingresos obligarán al Ejecutivo ‘popular’ a ser austero en la elaboración de las cuentas públicas para 2012; o así por lo menos se ha defendido el presidente del Gobierno. «Ya me gustaría a mí aumentar el presupuesto de gasto en un 20%», ha dicho Rajoy. «Pero no sería realista», se ha contestado a sí mismo. Hay que refinanciar 700.000 millones de euros de deuda pública, por lo tanto, si volvemos a gastar más que lo que tenemos, ¿quién nos dará ese dinero?, ha reflexionado el presidente del Gobierno en voz alta.
Rajoy ha reiterado que, con una caída del PIB del 1,7% se reducirá el déficit del sector público al 5,8% y el estructural al 3,2%. Para ello, el gasto del Estado caerá un 4,7%, si bien «como hay algunas partidas sobre las que no se puede tomar decisiones -intereses de la deuda, aportaciones a la UE, pensiones-, la bajada en los ministerios será de media del 12,1%».
Por su parte, Lara reclama al Gobierno responsabilidad: «No nos presenten unos presupuestos para incrementar el paro; y sí para generar empleo». La impresión del parlamentario de IU al respecto es que estos presupuestos siguen en clave de «recortes». «Los recortes son injustos, porque cargan la crisis sobre las espaldas de los que no la han provocado; e inútiles, porque generarán más recesión», ha recordado el diputado de Izquierda Plural, que ha aprovechado su intervención en el Congreso para pedir a Rajoy que se deje de «tantos recortes» y luche más contra el fraude fiscal, que cada año suma 60.000 millones de euros. «El Gobierno debería plantearse hacer una reforma fiscal progresiva para que pague más el capital que las rentas de trabajo, que son las que hoy soportan mayoritariamente los presupuestos», ha concluido Lara.
Elsa Sardina Vejo