El caso de los dos niños desaparecidos en Córdoba, Ruth y José, hace más de cinco meses, contará este jueves con otra prueba a incluir en el sumario que se encuentra parcialmente bajo secreto, concretamente se llevará a cabo una reconstrucción de parte de los hechos con la colaboración de dos menores y la utilización del coche del padre, José Bretón, interno en la prisión acusado de los delitos de detención ilegal con el agravante de desaparición de menores y por simulación de delito.
Al respecto, el juez que instruye el caso ha emitido un auto en la tarde de este miércoles en el que pone de manifiesto que «bajo ningún concepto se permitirá que se graben imágenes de los dos menores utilizados en la simulación», que se llevará a cabo sobre el trayecto que realizó Bretón desde la parcela de Las Quemadillas hasta el Parque Cruz Conde, en la capital cordobesa.
Según han informado fuentes cercanas a la investigación, se prevé que comience sobre las 9,00 horas, y el juez igualmente en el auto informa de que es «muy importante» que los medios «respeten las indicaciones que los agentes de la Policía Nacional transmitan, con el fin de que no interfieran en las diligencias de reconstrucción y salga todo lo mejor posible».
A la misma no acudirá Bretón ni su abogado, José María Sánchez de Puerta, tal y como ha aclarado éste, pues, «no voy a exponer ni voy a consentir que lo exponga nadie a otro linchamiento como el que ya tuvo», en relación a la primera reconstrucción, a lo que ha apostillado que su cliente «no saldrá de prisión hasta que no sea en libertad o vaya directamente al juzgado».
Cabe destacar que en una reconstrucción anterior se determinó que los niños no iban en el coche la tarde del 8 de octubre, a lo que se une la prueba de la Universidad de Valencia que avala al «98 por ciento» que los dos niños no llegaron al Parque Cruz Conde, donde dice el padre que los perdió de vista, según denunció ante la Policía Nacional.
Mientras, el juez José Luis Rodríguez Laín, que instruye este caso, ha ordenado retirar el coche del padre de la finca familiar de Las Quemadillas, donde estuvo con sus hijos momentos antes de la supuesta desaparición, para realizar la nueva prueba, a la que el abogado no le ve «fundamento ninguno después de cinco meses».
En concreto, el letrado detalla que «el vehículo se va a aparcar en el mismo lugar que reconoció Bretón que lo aparcó» el día de los hechos, en la calle Pintor Espinosa, aunque, a su juicio, dicha prueba «no puede ser exacta porque ni el propio Bretón sabe a que distancia aparcó», de modo que «cómo lo va a decir la Policía».
Desestimación
Por otra parte, la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Córdoba ha desestimado este miércoles el recurso al auto de prisión presentado por la defensa y por el que el juez estima el riesgo de fuga de la cárcel, de modo que Bretón permanecerá interno en prisión.
También ha desestimado el recurso a la prórroga del secreto sobre parte del sumario, que se prolongará hasta el 25 de marzo, hecho que critica el letrado porque «crea una indefensión bastante problemática en la labor de derecho de defensa», y la situación, a su juicio, es «totalmente anormal».
En este sentido, el abogado ha manifestado este miércoles a los periodistas que con la desestimación se ha llevado «un palo jurídico», porque «había trabajado mucho en el recurso y tenía esperanzas», de manera que ahora esperará a la conclusión del contraperitaje a la prueba de la Universidad de Valencia, y tras ello reiterará la libertad de su cliente.
Las partes han accedido ya a unos 4.000 folios del sumario, que se encuentra parcialmente bajo secreto. En la causa está personada como acusación particular la madre de los niños, Ruth Ortiz, quien ha sido citada a declarar este viernes ante el Juzgado de Violencia de Género de la Audiencia Provincial de Huelva por la denuncia que presentó contra su marido por presuntos malos tratos psíquicos, según han informado a Europa Press fuentes judiciales, y en cuya denuncia se refiere a «motivos estrictamente matrimoniales porque a los niños ni los nombró».
Al respecto, el comisario de la Policía Nacional de Córdoba, Francisco Perea, ha subrayado que están puestos «todos los esfuerzos tanto a nivel central» con los agentes de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV), como en la Policía de Córdoba y de Sevilla, «con las unidades caninas y de subsuelo que vienen a menudo a hacer registros en pozos y lugares de difícil acceso», así como los agentes de Huelva que «tienen otras líneas de investigación sobre el tema», tal y como asegura.
Desde hace más de cinco meses, los agentes han concluido sin éxito la búsqueda de pistas registrando pozos, alcantarillas y colectores de aguas residuales entre el río Guadalquivir y el Parque Cruz Conde, así como cerca de la parcela de los abuelos paternos, que se ha rastreado en diversas ocasiones, al igual que los alrededores de la misma, varias graveras y el río Guadalquivir, en todos los casos sin resultados sobre el paradero de los menores.
El auto de prisión
En relación al auto de prisión, el juez subraya que «solo el encartado tiene la llave de dónde se encuentran sus hijos, estén vivos o muertos», de manera que ponerlo en libertad «podría dar al traste con cualquier intento de encontrarlos», según sostiene el magistrado.
En este sentido, en dicho auto, Rodríguez Laín detalla un total de 17 elementos, que suma a los que ya apuntó en octubre. Así, tras analizar las imágenes de cuatro cámaras de Córdoba –«tratarlas, que no manipularlas», explica el juez, para ayudar a ver aquello que el ojo humano puede ver con dificultad– concluye que «a las 17,58 horas del 8 de octubre no iba nadie en los asientos traseros del Opel Zafira del encartado. No es cuestión de estadística, sino de certeza».
Asimismo, el auto dice que Bretón estaba a las 13,50 horas del 8 de octubre, es decir 20 minutos después de que los niños fueran vistos por última vez, en el entorno de la finca familiar de Las Quemadillas, según los datos de localización e imágenes grabadas. Y tras ello, no ha trascendido que ocurrió con los pequeños.
Otro indicio es que ocultó a su familia que estaba en la finca, así como que había ido a ese lugar hasta nueve de un total de 15 días previos al suceso a horas intempestivas. La tarde anterior a la desaparición, el viernes a las 19,00 horas, «cuando tan deseoso estaba de encontrarse con sus hijos», los dejó en casa de su hermana y fue a la parcela «con el capricho» de conseguir el número de teléfono de una antigua amiga para llamarla y quedar el fin de semana con ella. La excusa es «desconcertante», según indica Rodríguez Laín.
Según el juez, intentó desenfocar a la Policía encendiendo una hoguera con restos de huesos, tirando bolsas de basura delante de unas cámaras y pregonando que iba a hacer obras en la finca, pese a que no se ha hallado ni rastro de ellas. La hoguera la hizo de forma premeditada, a última hora, antes de salir hacia el parque. Además, no quemó papeles de su mujer, Ruth Ortiz, ni ropa abandonada ni huesos de las prácticas de ella, sino un chaquetón en pleno uso.
La información que proporcionó a su hermano, vía mensaje, la tarde de los hechos fue contradictoria, dado que le dijo que estaba en su coche, pero el móvil lo sitúa en el parque, y además le contó: «Esto está lleno de gente, he tenido que aparcar lejos».
No obstante, el auto señala que no hay ni un testigo o grabación que viera al padre con los críos en el parque –se han revisado 40 minutos de imágenes–; que reconoció a un policía que era el responsable de la desaparición de los niños y que compró «Orfidal» y podría habérselo suministrado a los pequeños