lunes, noviembre 25, 2024
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Rajoy insiste en la herencia recibida para justificar los «duros» presupuestos

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El presidente del Gobierno y líder de los ‘populares’, Mariano Rajoy, ha calificado sus primeros 102 días en el poder como «intensos y difíciles». Lo ha hecho ante el Comité Ejecutivo Nacional de su formación -reunido este lunes en la calle Génova-, y después de haber vivido la semana más complicada desde que llegó al poder, que comenzó con «unos resultados electorales no esperados» en Andalucía y en Asturias, continuó con una huelga general y concluyó con la aprobación de unos impopulares Presupuestos Generales del Estado. Ante este panorama, -y desde la sede nacional del PP- el presidente ha querido justificarse. Lo ha hecho a partir de un discurso cerrado, sin ocasión de réplica por parte de los periodistas allí presentes, y ha vuelto a recurrir a la herencia recibida. Rajoy ha insistido en que nos encontramos ante una «situación de extrema gravedad» y ha defendido los nuevos Presupuestos Generales del Estado (PGE), puesto que aunque los ha calificado de «duros», el presidente está convencido de que no existen «alternativas» para volver a situar a España «en la senda del crecimiento» y volver a generar «empleo».

El presidente ‘popular’ reconoce que no «le gusta todo» en los presupuestos, pero insiste en que «no ha tenido más remedio». «Somos conscientes de que en España hay muchas personas afectadas por nuestras decisiones», ha dicho Rajoy, aunque «es muy duro lo que hemos recibido», se ha justificado. Según el presidente del Gobierno, nada de lo hecho hasta el momento ha sido en balde, sino «necesario» e «imprescindible» para corregir «los errores y los incumplimientos del pasado». Por ello -ha reiterado Rajoy en sucesivas ocasiones-, el Gobierno ha intentado «ser justo y equitativo», así como también priorizar en la reducción de gastos: El Ejecutivo ‘popular’ no bajará las pensiones, ni subirá el IVA, ni congelará los sueldos de los funcionarios, ni tampoco prescindirá de las prestaciones por desempleo. A cambio, Rajoy propone un «drástico recorte» del 16,9% en los ministerios, una subida del Impuesto sobre Sociedades y del tabaco, y una amnistía fiscal. No obstante, y tal y como ha explicado el líder del Gobierno, ésto es lo que ocurre cuando «gastas más de lo que tienes».

Por todos estos motivos, Rajoy ha reclamado la confianza del electorado y ha pedido ayuda y apoyo a todos los miembro del PP para explicar las medidas que está adoptando el Ejecutivo. Según el presidente, la tarea que le espera es «gigantesca» y por ello aún «no está en condiciones de dar buenas noticias a los españoles». Sin embargo, Rajoy está convencido de que la situación de España mejorará, puesto que lo que está haciendo el Gobierno que lidera es colocar unos cimientos «sólidos y eficaces» para la recuperación. El presidente advierte de que no se recogerán frutos a corto plazo; y por ello reclama «paciencia». «Es duro, pero es lo que hay que hacer», ha sentenciado Rajoy, que ha identificado el «inasumible» déficit público con el que se encontró, la falta de crédito en pymes y familias; y la poca competitividad de la economía española, como «causas justificadas» de su actuación.

El presidente del Gobierno ha hablado de todo -Ley de Estabilidad Presupuestaria, reformas laboral y financiera y Presupuestos Generales del Estado-, menos de su último controvertido anuncio: la amnistía fiscal. En su lugar, Rajoy ha anunciado para el próximo trimestre «un plan de lucha contra el fraude fiscal, en la Seguridad Social y en el desempleo», así como también una decena de nuevas normas, como la Ley de Emprendedores, o la reforma de la Ley de Costas, el desarrollo de la Ley de Estabilidad, y nuevas normas en pro de la unidad de mercado y de la eliminación de duplicidades entre las administraciones públicas.

Rajoy sabe que no cuenta con muchos apoyos, y menos aún en el principal partido de la oposición, pero sí ha confiado en «tener la comprensión de los españoles, de todos, en un momento complejo». «Si seguimos por la senda reformista”», ha asegurado, «España va a salir fortalecida», puesto que las reformas que está poniendo en marcha son «ineludibles» para modernizar la economía española y competir en un mundo global y más complejo. «No tenemos prejuicios de ningún tipo, pero tampoco tenemos hipotecas de ningún tipo con nadie», ha concluido el presidente del Gobierno.

Elsa Sardina Vejo

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