miércoles, noviembre 27, 2024
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El padre adoptivo de la niña robada asegura que sólo pagó los gastos hospitalarios

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 La madre adoptiva de Pilar Alcalde, una de las niñas supuestamente usurpada de las manos de su madre natural en marzo de 1982, ha asegurado ante el juez Adolfo Carretero que no reconoce su firma en varios de los documentos del proceso de adopción de su hija en el que participó la religiosa Sor María Gómez Valbuena.

Juanita ha acudido este viernes a los Juzgados de Instrucción junto a su exmarido, Alejandro Alcalde, para declarar como testigos en el proceso abierto contra sor María, a quien se le acusa de detención ilegal y falsedad documental por la implicación en la desaparición de Pilar Alcalde. El padre declara que «nunca» pagó por su hija.

Los padres adoptivos han desfilado ante el magistrado después de que este jueves sor María se negara a declarar por estos hechos, si bien defendió su inocencia en una carta abierta a la opinión pública. La denuncia en la que le investiga Carretero, dentro de la causa general de los niños robados, es el caso de una madre que dio a luz a su hija en marzo de 1982 en la clínica Santa Cristina de Madrid.

A la salida de la declaración, el abogado Guillermo Peña, que representa a la asociación SOS Bebés Robados, ha manifestado a los periodistas congregados que Juanita no ha reconocido su firma en varios de los documentos en el que aparece su rúbrica.

A preguntas sobre si solicitará un informe caligráfico para comprobar a quién corresponde la letra, el letrado no lo ha descartado en aras de comprobar si Sor María podría haber incurrido en un delito de falsedad documental.

La citación de Juanita y Alejandro Alcalde se ha producido a instancias del juez para comprobar si los padres tenían conocimiento de que María Luisa Torres, la madre natural de Pilar Alcalde, quería desprenderse de su hija al nacer y darla en adopción, un extremo que negó la propia María Luisa ante el magistrado.

Durante el interrogatorio, Juanita ha explicado que se pusieron entonces en contacto con varias diputaciones provinciales para adoptar un bebé, pero Sor María se ofreció a conseguirles un hijo ante las dificultades que entrañaba un proceso de adopción. A las pocas semanas, la monja les comentó que una madre quería desprenderse de su hija al no tener posibles para su manutención, facilitándole los trámites para su entrega.

Según Peña, de la declaración de la madre se desprende que «no está claro el consentimiento que exigía la Ley» en el caso de adopciones, ya que hay documentos que «la madre dice no haber firmado». «Esto es una adopción irregular porque está basado en documentos falsos», ha aseverado.

80.000 euros en gastos hospitalarios

Por su parte, Alejando Alcalde ha reconoció a Sor María Gómez Valbuena como la persona que le dio a su hija en octubre de 1982 bajo la argumentación de que su madre no tenía dinero para su manutención. Y ha asegurado que no pagó por la adopción, sino que sufragó los gastos de manutención y hospitalarios, ya que la niña estuvo 60 días en la incubadora. Los gastos ascendieron a 80.000 pesetas.

El padre de Pilar ha contado que la monja le advirtió en un primer momento de que la niña estaba «muy malita» y le ofreció la posibilidad de entregarle otro bebé, a lo que se opuso. Según Alejandro, sor María cumplió con sus obligaciones «por aquel entonces», puesto que era la «asistente social de una maternidad».

Durante años, Alejando iba «orgulloso» al convento de las hermanas de la Caridad, en la calle General Martínez Campos, para que Sor María viera a Pilar porque fue «la mujer que le consiguió a su hija». Pero la buena relación terminó cuando la niña quiso encontrar a su madre.

Además, ha contado que rompió la relación con la monja después de que ésta le comentará que la madre natural no quiso dar sus datos cuando le entregó a la pequeña y que desconocía su paradero. «He estado luchando 15 años para que mi hija encontrara a su madre. He luchado por el amor a mi hija», ha recalcado.

Asimismo, ha expresado que está muy contento porque ve a su hija contenta y espera que esto se acabe «cuanto antes». «Yo lo que pido es justicia para el que sea», ha apostillado.

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