La mayoría de los países europeos ya copaga por la atención sanitaria, una iniciativa que el Ejecutivo está discutiendo con las comunidades autónomas este miércoles en el Consejo Interterritorial de Sanidad, reunidos en el Ministerio de Sanidad.
Un informe que evalúa los sistemas sanitarios en los países de la UE, con el que ha estado trabajando el Ministerio de Sanidad y al que ha tenido acceso Europa Press, muestra que en países como Bélgica, Francia, Luxemburgo, Finlandia, Grecia, Portugal o Suecia, los pacientes deben copagar la asistencia sanitaria en Atención Primaria y la especializada ambulatoria sin excepción. Solo en Irlanda esta atención es gratuita para determinados colectivos.
España, Reino Unido y Dinamarca son la excepción pues sus habitantes no tienen que pagar ni por consulta de Atención Primaria, ni por la especializada ambulatoria, ni por urgencias, ni por el ingreso hospitalario. Mientras, existen excepciones, en Italia tienen que pagar por acudir a Urgencias y tener asistencia especializada ambulatoria; en Austria por urgencias y el ingreso hospitalario, y, finalmente, en Luxemburgo el acudir a urgencias no tiene ningún tasa.
En general en Europa lo que podría denominarse como sanidad pública se configura siguiendo dos grandes patrones, uno en torno a Sistemas de Seguridad Social financiados por cotizaciones sociales obligatorias y otro basado en Sistemas Nacionales de Salud financiados a través de los impuestos, como sería el caso de España.
Los más cercanos
En el caso del Reino Unido, el sistema nacional está financiado principalmente a través de impuestos, con un limitado papel de otros seguros. Básicamente gratuito en el lugar de asistencia. Funciona como 4 SNS independientes de los países que lo integran. Esta implantado el copago para medicamentos extrahospitalarios, con excepciones: niños, personas con bajos ingresos, embarazadas, mayores de 60, y personas con enfermedades crónicas.
Italia tiene cobertura «teóricamente» universal y financiación a través de impuestos, que son las regiones las que tienen responsabilidad sobre su organización. El informe destaca que, por este motivo, «existen marcadas diferencias socioeconómicas entre el norte y el sur». La principal fuente de financiación son los impuestos generales, complementado con impuestos a los empresarios en las regiones y con el IVA. La financiación pública supone el 75 por ciento del gasto.
Algunos procedimientos diagnósticos, medicamentos, visitas al especialista o el uso innecesario de las emergencias, son pagados directamente por los pacientes. Aunque, tiene grupos exentos de estos pagos como son los mayores de 65 años, personas con ingresos familiares menores de 36.152 euros, personas con enfermedades crónicas o raras, discapacitados y otros grupos de similares características.
Por su parte, Suecia financia su sistema de salud a partir de impuestos locales complementados con algunos nacionales. La financiación de AP, Hospitales y Salud mental depende de los condados, mientras que las atención socio sanitaria (domiciliaria y enfermería) dependen de los ayuntamientos. La Agencia Sueca de Seguridad Social no dispone de ningún listado de prestaciones sanitarias básicas o esenciales.
Existe copago para la mayoría de los servicios, aunque los niños están excluidos. Existe un máximo anual de aproximadamente 100 euros para servicios sanitarios y de 200 euros para medicamentos. Hay ayudas para servicios de salud dental. Las cantidades de copago las fijan los condados aunque el límite máximo está establecido a nivel nacional.
En Alemania existe un sistema obligatorio de salud con multitud de cajas tanto públicas como privadas y una mezcla de oferta de servicios también pública y privada. Cerca del 88 por ciento de la población está cubierta por un seguro obligatorio y el resto por privado- es el caso de los autónomos y personas con altos salarios que pagan un seguro voluntariamente- o por seguros de tipo beneficencia.
Existe un copago de 10 euros cada trimestre para primera consulta de Atención Primaria o dentista y la misma cantidad para consulta de especialista; de 10 euros por paciente al día de ingreso hospitalario; un 10 por ciento del precio del medicamento (con mínimo de 5€ y máximo de 10€). Llama la atención que la Atención Primaria se provee fundamentalmente por médicos de familia (94%) que reciben un pago por servicio; y que los especialistas ambulatorios trabajan en forma privada y reciben también un pago por servicio.
Por su parte, Francia tiene un Sistema Nacional de Seguridad Social complementado con elementos de financiación mediante impuestos y contribuciones complementarias voluntarias para cubrir servicios que no se consideran parte de la cartera básica. Los pacientes pagan directamente por servicios y recetas, y después recuperan parte del sistema de seguro (excepto para pacientes con enfermedades crónicas o bajos recursos).
Además pagan 1 euro por visita médica, prueba de laboratorio o de radiología con un tope anual. En hospitales hay una tasa fija de 18 euros al día en concepto de catering y en la farmacia se paga una tasa de 0,5 euros por receta con un tope anual. Los pacientes pagan directamente por los servicios, excepto para pacientes con enfermedades crónicas y bajos recursos y otros grupos y después recuperan parte del sistema de seguro, para ello puede recuperar entre el 60 y el 80 por ciento del total.
En los Países Bajos existe un seguro obligatorio de enfermedad, para personas con ingresos inferiores a 30.700 euros que cubre a un 85% de la población e incluye los servicios básicos. Aquellos por encima de esa cifra, necesitan un seguro privado. Los empleados públicos tienen un seguro especial. Además, hay un suplemento voluntario para cuidados considerados poco necesarios.
Gasto sanitario
España presenta un gasto sanitario total moderado en relación con el resto de países de UE-15. Teniendo en cuenta los datos de 2009, se empleó en sanidad un 9,5 por ciento del PIB, uno de los porcentajes más bajos del conjunto de UE-15, sólo por encima de Luxemburgo (7,8%) y Finlandia (9,2%). En el otro extremo, se encuentran países como Francia, Alemania y Países Bajos, con un 12% del PIB dedicado a sanidad.
El gasto sanitario registra una tendencia ascendente en el conjunto de la UE-15, con incrementos entre 1 y 3 puntos porcentuales sobre el PIB respectivo en el conjunto europeo. Los países con mayores incrementos en la última década fueron Irlanda (3,4), Países Bajos (3,9) y Reino Unido (2,9). España incrementó su gasto en 2,2 puntos porcentuales