La conexión de Telefónica con Iñaki Urdangarín y el entramado que presuntamente dirigía junto con Diego Torres no se limitó al fichaje del duque como consejero de una filial de la compañía ni al pago de un millón de euros a empresas del grupo Nóos. Uno de los documentos incorporados al sumario acredita que la Fundación Deporte, Cultura e Integración Social (DCIS), la última ONG impulsada por el dúo Urdangarín-Torres, nombró como miembro de su Consejo de Mecenazgo a Luis Abril, hombre clave en el equipo de César Alierta y Secretario General Técnico de la Presidencia de la Telefónica. Fundación DCIS es justamente la que la trama Nóos utilizó para desviar fondos. El desvío -superior a 400.000 euros- se efectuó a través de una compañía propiedad de la fundación ligada a otra mercantil espejo con sede en Londres y cuya matriz se localiza en el paraíso fiscal de Belice.
Fechado el 12 de abril de 2007, el citado documento plasma el acta constituyente de Fundación DCIS, datada en Barcelona el 12 de abril de 2007. Es el octavo punto el que introduce el nombre de Luis Abril como integrante del llamado Consejo de Mecenazgo. Junto con otros directivos de empresas, aparece también Teddy Bautista, entonces presidente de la SGAE y hoy imputado por varios presuntos delitos de corrupción.
Si Abril aceptó o no el cargo resulta una incógnita. Desde que el caso Urdangarín estalló en noviembre, la compañía se ha aferrado al silencio en todo lo relativo al yerno del rey y sus manejos financieros a través de entidades aparentemente altruistas, como el Instituto Nóos o la propia Fundación DCIS. En cualquier caso, el acta presenta la aceptación del cargo como un hecho, al transcribir así la decisión adoptada: “Se acuerda constituir un Consejo de Mecenazgo y nombrar a las siguientes personas como miembros del mismo”. Tras esa introducción, aparece la relación de consejeros de mecenazgo. Y el de Abril es el primer nombre de la lista.
El hermetismo de Telefónica impide saber a ciencia cierta si Abril llegó a ejercer el cargo. Pero un dato confirma que, desde luego, el equipo de Alierta no fue ajeno a la puesta en marcha de esa fundación ni a su sostenimiento económico: el primer informe de Hacienda elaborado a petición del juez del caso cifra en 60.000 euros los pagos efectuados por Telefónica a DCIS en 2007. La fundación no reflejó esas entradas en el documento anual de operaciones superiores a 3.000 euros que cada empresa debe entregar a Hacienda. Pero Telefónica sí computó el pago, y por eso figura en el informe.
La misma acta que recoge el nombramiento de Luis Abril señala que Urdangarín fue designado miembro del denominado Consejo Asesor, un órgano sin supuestas funciones ejecutivas y al que quedaron adscritos varios deportistas de élite. Pero lo investigado hasta la fecha señala que, lejos de mantenerse en un segundo plano de carácter decorativo, el duque de Palma manejó también los hilos de esa fundación, constituida un año después de que la Casa Real le hubiese ordenado romper amarras con Diego Torres.
Es más, los correos electrónicos entregados al juez por Diego Torres la semana pasada indican que Urdangarín pidió ayuda al Rey precisamente para un proyecto en el que se había involucrado la Fundación DCIS: el conocido como Proyecto Ayre, que buscaba la incorporación de un segundo equipo español a la Copa América que debía celebrarse en Valencia en 2009 pero que finalmente quedó aplazada a 2010. Antes de que fraguase el proyecto, la Fundación DCIS le retiró el apoyo comprometido para desplegar un ambicioso programa social.
Adelaida Durante